¿La solución era el federalismo?

La verdad es que lo estuve pensando mejor, en parte ayudado por una clase con el profesor Mario Fernández, y la verdad es que culturalmente Chile no es para nada un país en el que haya grandes diferencias culturales y más bien las formas geográficas son las distintas. Pero para eso no es necesario establecer divisiones ficticias que no tienen mucho que ver con la cultura chilena, que en sus casi 200 años de independencia, a contado con una forma de gobierno unitaria, sino que es necesario que se desconcentre el poder en las regiones con, por ejemplo, la elección de intendentes y consejeros regionales por medio de votación directa y con una mayor capacidad de autodeterminación por parte de estas regiones. Para esto basta con ver el modelo español en el que si bien existe un gobierno central, existen gobiernos autónomos por región, por ejemplo en Cataluña o en Galicia.

Este proceso es necesario para consolidar la democratización del país, proceso que no se acaba con la aprobación de las reformas constitucionales del año 2005, sino que debe implicar una profundización de la participación ciudadana, para pasar efectivamente de una democracia representativa a una participativa como deseamos quienes nos consideramos progresistas. El problema para mi sigue siendo el mismo, pero la solución era la equivocada.

Me encantaría recibir sus comentarios al post, pero con el cambio de plantilla se me fue la opción de comentarios y no he podido habilitarla nuevamente pero ya lo lograré.