miércoles, diciembre 07, 2005

¿Existe una “tercera vía” en América Latina?

Este es un ensayo que realicé el año 2004 para el curso de Economía Política en la Pontificia Universidad Católica de Chile

Introducción

El presente ensayo pretende dar a conocer una opinión personal, basada en lo que se ha avanzado en el desarrollo del curso de Economía Política, así como lo que se puede apreciar en algunos textos de la bibliografía y algunos artículos encontrados en Internet, respecto de la existencia o no de una “Tercera Vía” en Latinoamérica.

Mediante estos antecedentes podremos afirmar que de verdad existe una tercera vía al estilo europeo, representada por los gobiernos del Nuevo Laborismo en Inglaterra (Tony Blair) o del Nuevo Centro de Alemania (Schröeder) como dos ejemplos típicos de esta tendencia, en los gobiernos de América Latina.

Como una premisa podemos tomar los casos de los gobiernos de Chile y Brasil, dirigidos ambos por presidentes de reconocido pasado de izquierda y que actualmente se encuentran llevando a cabo políticas económicas que podrían definirse como de “tercera vía” por su aceptación de criterios neoliberales conjugados con políticas de libertades efectivas y tendientes a la llamada “igualdad de oportunidades”.

Sin embargo esta situación no podría extrapolarse al resto de la región ya que ésta cuenta con una composición bastante diversa en lo referente al desarrollo cultural y económico de los ciudadanos, por lo que tienden a manifestarse nuevos populismos que, si bien tienen algunos elementos que podrían considerarse como de “tercera vía”, no pasan de ser sólo medidas efectistas para conservar la popularidad en momentos en que ni la democracia ni la política son muy apreciadas en la región, por lo que los políticos tienden a desmarcarse de los Partidos Políticos (que nunca han tenido un arraigo importante en los habitantes de los países latinoamericanos) y a proclamarse independientes, medida que les permite mantenerse en el poder con el apoyo de la población.

¿Qué es la Tercera Vía?

Para contestar la pregunta que es el tema de este ensayo, es necesario que se presente una descripción adecuada de lo que llamaremos “Tercera Vía”. Este término fue acuñado principalmente por el sociólogo inglés Anthony Giddens, a través de su libro “La Tercera Vía: la renovación de la socialdemocracia”, en el cual la define como un: “Programa Cabal de Modernización de la Economía, del Sistema Político, y del Estado del Bienestar”[1]. Giddens asevera que La Tercera Vía debe preservar su preocupación central por la justicia social, a la vez que reconoce la relevancia de una gama de problemáticas que escapan de la dicotomía izquierda-derecha. Así, las medidas igualitarias que pueden incrementar la libertad de los individuos, implican que dicha mayor autonomía necesite, a su vez, mayor participación en la comunidad.

Tony Blair, actual Primer Ministro Británico, nos dice que: “La Tercera Vía, es un camino de renovación y éxito para la moderna democracia social. No se trata únicamente de un compromiso entre la izquierda y la derecha. Persigue adoptar los valores esenciales del centro y de la centro-izquierda y aplicarlos a un mundo de cambios económicos y sociales, libre del peso de una ideología obsoleta”[2]. Propone la solución pragmática de los problemas: “La Tercera Vía es todo lo que de resultados”. Pero dicho pragmatismo se orienta según los valores tradicionales de la izquierda: la igualdad, la equidad, la participación. En palabras de Ricardo Lagos: “Tanto ayer como hoy, nos interesan valores cuya vigencia es ajena al paso del tiempo como la solidaridad, la equidad, la libertad. Pero, sin duda, también nos interesa la estabilidad, el crecimiento económico, la eficiencia y los equilibrios macroeconómicos”[3].

Para Blair "en el terreno económico, nuestro enfoque no encaja ni en el laissez faire ni en la intromisión estatal. La función del Gobierno es favorecer la estabilidad macroeconómica, desarrollar políticas fiscales y de bienestar que fomenten la independencia –no la dependencia,… La educación es una prioridad absoluta… Se está efectuando una inversión sustancial para impulsar una radical reforma en los centros de enseñanza… En lo que respecta a las políticas de protección social y de empleo, la Tercera Vía supone la reforma de la seguridad social para transformarla en un camino hacia el empleo, siempre que sea posible. Y fomenta unas condiciones justas en el mundo laboral al tiempo que hace que trabajar compense al reducir la fiscalidad y las penalizaciones que desincentivan el trabajo y la creación de empleo"[4].

Lloyd dice que”Más socialismo, con lo cual se quería decir impuestos más altos para los más ricos, propiedad fiscal, planificación estatal y sindicatos poderosos— no es una opción práctica. También sabemos que el puro mercado libre, régimen en el cual los beneficios sociales se reducen a asignar un salario vital de hambre a aquellos que no pueden encontrar trabajo, tampoco soluciona el problema, o al menos así lo parece, porque ningún gobierno lo ha intentado, independientemente de su grado de proximidad a la extrema derecha”[5].

Ahora bien es importante tener en cuenta que existen también quienes no creen en la existencia de una “Tercera Vía”, como el filósofo italiano Norberto Bobbio, quien la invalida principalmente por el hecho de dar por superados los paradigmas de derecha e izquierda, lo que el llama “discurso ambidiestro”[6], ya que considera esto como una actitud oportunista al tratar de ubicarse al centro, cuando los gobiernos son elegidos precisamente por ser de izquierda[7]. Ahora bien, el no reniega de las posiciones intermedias como el socialismo liberal (por el contrario, el se reconoce como uno de ellos), pero este se encuentra dentro de la izquierda. El mismo, dice que no hay que olvidar que el fascismo se presentaba a sí mismo como una tercera vía, como también lo hizo la Democracia Cristiana en su momento y otras fuerzas que tratan de ponerse al medio de otras[8].

¿Tercera Vía en América Latina?

La existencia de una tercera vía para América Latina está limitada principalmente por el hecho de que para los países europeos la tercera vía representa una adaptación del modelo del “Estado de Bienestar”, mientras que en los países latinoamericanos esto nunca existió. “La tercera vía no puede entonces tener el mismo acento en una Europa de 30.000 dólares per cápita que en una América Latina de menos de 5.000 dólares per cápita. Más aún si tomamos en cuenta que América Latina es la región con la distribución del ingreso más desigual del mundo”[9].

La realidad interna de América Latina es también bastante diversa a la vez, ya que no existe una condición uniforme de desarrollo en estos países, lo que hace difícil encasillar a la región en su conjunto dentro de un concepto como el de “Tercera Vía”. Cuando los países de América Latina se proponen armonizar democracia política con crecimiento económico y equidad social, están planteando un desafío novedoso. Ya no se trata de una compatibilidad asegurada de antemano. Por una parte, el desarrollo económico y, en concreto, el mercado, ya no puede ser considerado un "prerrequisito" de la democracia[10].

Podríamos centrarnos en el análisis de quien se reconoce como tal, como es el caso del Presidente de Chile, Ricardo Lagos. Pero también podemos tomar el caso del Presidente de Brasil, Luiz Ignacio Da Silva (Lula), ya que a pesar de considerarse a si mismo como un hombre de izquierda y de ser elegido como militante del PT, bastión de la izquierda brasileña, ha recibido las felicitaciones del Presidente de Estados Unidos, así como del FMI y del BID[11], todas estas instituciones neo-liberales, a raíz sus políticas económicas. En cambio, por otro lado, el resto de los países de América Latina pueden considerarse como experiencias neo-populistas en las cuales es imposible ver una identificación con las prácticas de la Tercera Vía europea, aunque si ciertos rasgos de ella.

Es innegable en ambos casos que los gobiernos sustentan su elección en base a la posición política de sus gobernantes, ya que tanto Lula como Lagos son considerados hombres de izquierda (el brasileño fue un conocido líder sindical de izquierda, mientras que el chileno fue uno de los grandes detractores de la dictadura de Pinochet) y vencieron a sus adversarios principalmente por esa condición, ya que en Chile para derrotar al candidato opositor hubo de recurrirse a una campaña muy cercana a la que logró derrotar al dictador Pinochet y al traspaso de votos que le hicieron los comunistas, mientras que Lula presentó un programa mucho más radical del que está aplicando en la actualidad.

Es por esto que se pude concordar con Bobbio en cuanto a que esta distinción existe y es innegable, y es un acto oportunista el negarlo. Por lo tanto podríamos declarar que éste tiene la razón en tanto los parámetros de izquierda y derecha aún son válidos para estos países y sus gobernantes fueron elegidos por tener cierta posición política: ser de izquierda, por lo que una de las condiciones que declara Blair sobre la “Tercera Vía” no se cumple en estos países.

En Chile, con la fundación de la Concertación se decide apoyar dos conceptos sobre los que existe consenso a nivel mundial: la democracia y el mercado. Con esto se consiguió un período de crecimiento económico espectacular pero no se alcanzó (o probablemente no se quiso) avanzar en reformar más importantes a la democracia, con lo que se produjo un “sobrecompromiso”[12] en vistas a una reforma constitucional por lo que el gobierno chileno aún está en deuda con su compromiso democrático. En Brasil, en tanto, el gobierno de Lula es fuertemente cuestionado por sus partidarios más de izquierda debido a la lentitud con que se han llevado a cabo las políticas redistributivas. Esto hace ver que debido a su identificación con la “Tercera Vía” ambos han dejado de lado temas importantes para sus partidarios, tal como Blair dejó de lado lo que querían sus partidarios en cuanto a la guerra de Irak. Esto hace ver que, si bien fueron elegidos gracias a sus orígenes políticos, los gobernantes progresistas dejan de lado sus raíces y toman un camino pragmático para gobernar, rasgo típico de la “Tercera Vía”.

Sin embargo, en temas de política económica tanto Lula como Lagos han seguido políticas alejadas de las típicas de izquierda, tales como la responsabilidad fiscal, el tipo de cambio flotante y el control de la inflación, esto en búsqueda de la estabilidad como base esencial de la Política de Estado de ambas naciones. A pesar de lo anterior ambos han implementado políticas destinadas a la superación de la pobreza extrema y a la ampliación de las libertades individuales en sus respectivos países. Según expresa Huneeus, los empresarios y los políticos de derecha han resaltado que los buenos resultados económicos de la Concertación se deben a que se ha continuado con las reformas iniciadas en la dictadura militar (situación en la que coinciden con los economistas de izquierda radical que se oponen al gobierno)[13].

Conclusión

A partir de lo que hemos analizado en el presente ensayo, podemos afirmar que existen elementos que pueden considerarse como propios de gobiernos de “Tercera Vía” en las experiencias desarrolladas por Ricardo Lagos y Lula Da Silva, ya que ambos han desarrollados políticas económicas pragmáticas que han dejado de lado algunas premisas típicas de los gobiernos de izquierda, a la vez que han tendido a aumentar las libertades civiles. Todo esto con decisiones absolutamente tomadas en busca de resultados concretos (no necesariamente las más populares).

Sin embargo, quedan aún pendientes algunas reformas tendientes a aumentar la participación de la ciudadanía en las decisiones que tomen los gobiernos, ya que es necesario que los gobiernos progresistas actúen en torno a valores tradicionales de la izquierda como la igualdad, la equidad y la participación.

Esta situación no puede extrapolarse, por el momento, a otros países de la región, ya que estos se encuentran en una situación de inestabilidad y en otra etapa de su desarrollo democrático, por lo que son presa fácil para los neo-populismos, como (por ejemplo) el caso de Kirchner en Argentina, Mesa en Bolivia o Chávez en Venezuela, los que tienen que mantener su respaldo en base a medidas de corte popular pero que afectan su credibilidad internacional, afectando la inversión y los equilibrios fiscales.

La Tercera Vía, al no contar con una elaboración doctrinaria sustancial, debe orientarse a la búsqueda de un reencantamiento con la política con el fin de evitar caer en las tentaciones populistas del resto de la región, en la que Brasil se mantuvo hasta hace pocos años, mientras que en Chile se manifiesta en la candidatura del alcalde Joaquín Lavín.

Bibliografía

· Blair, Tony. La Tercera Vía, una democracia social moderna. El País, Madrid, 21 septiembre 1998, en http://www.el-pais.es[ en línea]

· Bobbio, Norberto:Derecha e izquierda: razones y significados de una distinción política”, Madrid, Taurus, 1995

· Bobbio, Norberto: “Las ideologías y el Poder en Crisis: Pluralismo, democracia, socialismo, comunismo, tercera vía y tercera fuerza”, Ariel, Barcelona, 1988.

· Cantelmi, Marcelo: “Kirchner, Lula, Lagos: Tras un mismo modelo económico”, Informe n°311, Política Internacional, en http://www.asuntospublicos.org , 2003 [en línea]

· Giddens, Anthony: “La Tercera Vía: la renovación de la socialdemocracia”, Taurus, Madrid, 1999

· Huneeus, Carlos: “Los cambios institucionales al sistema económico durante la transición a la democracia en Chile: Del neoliberalismo a la economía social de mercado”, Revista de Ciencia Política Volumen XX, n°2, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, 2000

· Lagos, Ricardo: “Hacia una ‘tercera vía’ latinoamericana”, 1999, en http://www.politica.com.ar/tercera_via/Hacia_una_tercera_via_latinoamericana_lagos.htm [en línea]

· Lahera, Eugenio: “La Historia Sigue”, en http://www.elmercurio.com, Santiago, 04/02/2001.

· Lechner, Norbert: “El debate sobre Estado y Mercado”, Revista Estudios Públicos n°47, Centro de Estudios Públicos, en http://www.cepchile.cl, Santiago, 1992

· Lloyd, John: “No somos siervos”, Revista Estudios Públicos n°74 en http://www.cepchile.cl, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1999


[1] Giddens, Anthony: “La Tercera Vía: la renovación de la socialdemocracia”, Taurus, Madrid, 1999

[2] Blair, Tony. La Tercera Vía, una democracia social moderna. El País, Madrid,

21 septiembre 1998, en http://www.el-pais.es

[3] Lagos, Ricardo: “Hacia una ‘tercera vía’ latinoamericana”, 1999, en http://www.politica.com.ar/tercera_via/Hacia_una_tercera_via_latinoamericana_lagos.htm [en linea]

[4] Op.Cit.

[5] Lloyd, John: “No somos siervos”, Revista Estudios Públicos n°74, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1999

[6] Bobbio, Norberto: Derecha e izquierda: razones y significados de una distinción política”,

Madrid : Taurus, 1995

[7] Bobbio la considera como un conjunto de ideas políticas, así como un conjunto de intereses y valoraciones sobre la dirección de la sociedad.

[8] Bobbio, Norberto: “Las ideologías y el Poder en Crisis: Pluralismo, democracia, socialismo, comunismo, tercera vía y tercera fuerza”, Ariel, Barcelona, 1988.

[9]Lagos (1999).

[10] Lechner, Norbert: “El debate sobre Estado y Mercado”, Revista Estudios Públicos n°47, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1992

[11] Cantelmi, Marcelo: “Kirchner, Lula, Lagos: Tras un mismo modelo económico”, Informe n°311 Política Internacional, en http://www.asuntospublicos.org , 2003

[12] Lahera, Eugenio: “La Historia Sigue”, en http://www.elmercurio.com, Santiago, 04/02/2001.

[13] Huneeus, Carlos: “Los cambios institucionales al sistema económico durante la transición a la democracia en Chile: Del neoliberalismo a la economía social de mercado”, Revista de Ciencia Política Volumen XX, n°2, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, 2000

2 Comments:

At 3/17/2009 11:56 a. m., Anonymous Anónimo said...

la 3er via existe en su nacimiento, para luego ser consumida en su totalidad por el modelo neoliberal,esto lo vemos en los rebrotes de las extremas derechas en europa y lo veremos muy pronto en america cuando las derechas retomen los mandos.ya lo veran en chile, uruguay(con el traidor tabare vazquez) y por ultimo pero tambien cronicas de una muerte anunciada por su fortaleza como pais, brasil .


jose raul romero
uruguay

 
At 2/08/2010 5:29 p. m., Anonymous Anónimo said...

exploiting paradigm gurukrupa mutex yrrj sikandrabad timeframes pastoral whos affiliate bphs
lolikneri havaqatsu

 

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Este es un ensayo que realicé el año 2004 para el curso de Economía Política en la Pontificia Universidad Católica de Chile

Introducción

El presente ensayo pretende dar a conocer una opinión personal, basada en lo que se ha avanzado en el desarrollo del curso de Economía Política, así como lo que se puede apreciar en algunos textos de la bibliografía y algunos artículos encontrados en Internet, respecto de la existencia o no de una “Tercera Vía” en Latinoamérica.

Mediante estos antecedentes podremos afirmar que de verdad existe una tercera vía al estilo europeo, representada por los gobiernos del Nuevo Laborismo en Inglaterra (Tony Blair) o del Nuevo Centro de Alemania (Schröeder) como dos ejemplos típicos de esta tendencia, en los gobiernos de América Latina.

Como una premisa podemos tomar los casos de los gobiernos de Chile y Brasil, dirigidos ambos por presidentes de reconocido pasado de izquierda y que actualmente se encuentran llevando a cabo políticas económicas que podrían definirse como de “tercera vía” por su aceptación de criterios neoliberales conjugados con políticas de libertades efectivas y tendientes a la llamada “igualdad de oportunidades”.

Sin embargo esta situación no podría extrapolarse al resto de la región ya que ésta cuenta con una composición bastante diversa en lo referente al desarrollo cultural y económico de los ciudadanos, por lo que tienden a manifestarse nuevos populismos que, si bien tienen algunos elementos que podrían considerarse como de “tercera vía”, no pasan de ser sólo medidas efectistas para conservar la popularidad en momentos en que ni la democracia ni la política son muy apreciadas en la región, por lo que los políticos tienden a desmarcarse de los Partidos Políticos (que nunca han tenido un arraigo importante en los habitantes de los países latinoamericanos) y a proclamarse independientes, medida que les permite mantenerse en el poder con el apoyo de la población.

¿Qué es la Tercera Vía?

Para contestar la pregunta que es el tema de este ensayo, es necesario que se presente una descripción adecuada de lo que llamaremos “Tercera Vía”. Este término fue acuñado principalmente por el sociólogo inglés Anthony Giddens, a través de su libro “La Tercera Vía: la renovación de la socialdemocracia”, en el cual la define como un: “Programa Cabal de Modernización de la Economía, del Sistema Político, y del Estado del Bienestar”[1]. Giddens asevera que La Tercera Vía debe preservar su preocupación central por la justicia social, a la vez que reconoce la relevancia de una gama de problemáticas que escapan de la dicotomía izquierda-derecha. Así, las medidas igualitarias que pueden incrementar la libertad de los individuos, implican que dicha mayor autonomía necesite, a su vez, mayor participación en la comunidad.

Tony Blair, actual Primer Ministro Británico, nos dice que: “La Tercera Vía, es un camino de renovación y éxito para la moderna democracia social. No se trata únicamente de un compromiso entre la izquierda y la derecha. Persigue adoptar los valores esenciales del centro y de la centro-izquierda y aplicarlos a un mundo de cambios económicos y sociales, libre del peso de una ideología obsoleta”[2]. Propone la solución pragmática de los problemas: “La Tercera Vía es todo lo que de resultados”. Pero dicho pragmatismo se orienta según los valores tradicionales de la izquierda: la igualdad, la equidad, la participación. En palabras de Ricardo Lagos: “Tanto ayer como hoy, nos interesan valores cuya vigencia es ajena al paso del tiempo como la solidaridad, la equidad, la libertad. Pero, sin duda, también nos interesa la estabilidad, el crecimiento económico, la eficiencia y los equilibrios macroeconómicos”[3].

Para Blair "en el terreno económico, nuestro enfoque no encaja ni en el laissez faire ni en la intromisión estatal. La función del Gobierno es favorecer la estabilidad macroeconómica, desarrollar políticas fiscales y de bienestar que fomenten la independencia –no la dependencia,… La educación es una prioridad absoluta… Se está efectuando una inversión sustancial para impulsar una radical reforma en los centros de enseñanza… En lo que respecta a las políticas de protección social y de empleo, la Tercera Vía supone la reforma de la seguridad social para transformarla en un camino hacia el empleo, siempre que sea posible. Y fomenta unas condiciones justas en el mundo laboral al tiempo que hace que trabajar compense al reducir la fiscalidad y las penalizaciones que desincentivan el trabajo y la creación de empleo"[4].

Lloyd dice que”Más socialismo, con lo cual se quería decir impuestos más altos para los más ricos, propiedad fiscal, planificación estatal y sindicatos poderosos— no es una opción práctica. También sabemos que el puro mercado libre, régimen en el cual los beneficios sociales se reducen a asignar un salario vital de hambre a aquellos que no pueden encontrar trabajo, tampoco soluciona el problema, o al menos así lo parece, porque ningún gobierno lo ha intentado, independientemente de su grado de proximidad a la extrema derecha”[5].

Ahora bien es importante tener en cuenta que existen también quienes no creen en la existencia de una “Tercera Vía”, como el filósofo italiano Norberto Bobbio, quien la invalida principalmente por el hecho de dar por superados los paradigmas de derecha e izquierda, lo que el llama “discurso ambidiestro”[6], ya que considera esto como una actitud oportunista al tratar de ubicarse al centro, cuando los gobiernos son elegidos precisamente por ser de izquierda[7]. Ahora bien, el no reniega de las posiciones intermedias como el socialismo liberal (por el contrario, el se reconoce como uno de ellos), pero este se encuentra dentro de la izquierda. El mismo, dice que no hay que olvidar que el fascismo se presentaba a sí mismo como una tercera vía, como también lo hizo la Democracia Cristiana en su momento y otras fuerzas que tratan de ponerse al medio de otras[8].

¿Tercera Vía en América Latina?

La existencia de una tercera vía para América Latina está limitada principalmente por el hecho de que para los países europeos la tercera vía representa una adaptación del modelo del “Estado de Bienestar”, mientras que en los países latinoamericanos esto nunca existió. “La tercera vía no puede entonces tener el mismo acento en una Europa de 30.000 dólares per cápita que en una América Latina de menos de 5.000 dólares per cápita. Más aún si tomamos en cuenta que América Latina es la región con la distribución del ingreso más desigual del mundo”[9].

La realidad interna de América Latina es también bastante diversa a la vez, ya que no existe una condición uniforme de desarrollo en estos países, lo que hace difícil encasillar a la región en su conjunto dentro de un concepto como el de “Tercera Vía”. Cuando los países de América Latina se proponen armonizar democracia política con crecimiento económico y equidad social, están planteando un desafío novedoso. Ya no se trata de una compatibilidad asegurada de antemano. Por una parte, el desarrollo económico y, en concreto, el mercado, ya no puede ser considerado un "prerrequisito" de la democracia[10].

Podríamos centrarnos en el análisis de quien se reconoce como tal, como es el caso del Presidente de Chile, Ricardo Lagos. Pero también podemos tomar el caso del Presidente de Brasil, Luiz Ignacio Da Silva (Lula), ya que a pesar de considerarse a si mismo como un hombre de izquierda y de ser elegido como militante del PT, bastión de la izquierda brasileña, ha recibido las felicitaciones del Presidente de Estados Unidos, así como del FMI y del BID[11], todas estas instituciones neo-liberales, a raíz sus políticas económicas. En cambio, por otro lado, el resto de los países de América Latina pueden considerarse como experiencias neo-populistas en las cuales es imposible ver una identificación con las prácticas de la Tercera Vía europea, aunque si ciertos rasgos de ella.

Es innegable en ambos casos que los gobiernos sustentan su elección en base a la posición política de sus gobernantes, ya que tanto Lula como Lagos son considerados hombres de izquierda (el brasileño fue un conocido líder sindical de izquierda, mientras que el chileno fue uno de los grandes detractores de la dictadura de Pinochet) y vencieron a sus adversarios principalmente por esa condición, ya que en Chile para derrotar al candidato opositor hubo de recurrirse a una campaña muy cercana a la que logró derrotar al dictador Pinochet y al traspaso de votos que le hicieron los comunistas, mientras que Lula presentó un programa mucho más radical del que está aplicando en la actualidad.

Es por esto que se pude concordar con Bobbio en cuanto a que esta distinción existe y es innegable, y es un acto oportunista el negarlo. Por lo tanto podríamos declarar que éste tiene la razón en tanto los parámetros de izquierda y derecha aún son válidos para estos países y sus gobernantes fueron elegidos por tener cierta posición política: ser de izquierda, por lo que una de las condiciones que declara Blair sobre la “Tercera Vía” no se cumple en estos países.

En Chile, con la fundación de la Concertación se decide apoyar dos conceptos sobre los que existe consenso a nivel mundial: la democracia y el mercado. Con esto se consiguió un período de crecimiento económico espectacular pero no se alcanzó (o probablemente no se quiso) avanzar en reformar más importantes a la democracia, con lo que se produjo un “sobrecompromiso”[12] en vistas a una reforma constitucional por lo que el gobierno chileno aún está en deuda con su compromiso democrático. En Brasil, en tanto, el gobierno de Lula es fuertemente cuestionado por sus partidarios más de izquierda debido a la lentitud con que se han llevado a cabo las políticas redistributivas. Esto hace ver que debido a su identificación con la “Tercera Vía” ambos han dejado de lado temas importantes para sus partidarios, tal como Blair dejó de lado lo que querían sus partidarios en cuanto a la guerra de Irak. Esto hace ver que, si bien fueron elegidos gracias a sus orígenes políticos, los gobernantes progresistas dejan de lado sus raíces y toman un camino pragmático para gobernar, rasgo típico de la “Tercera Vía”.

Sin embargo, en temas de política económica tanto Lula como Lagos han seguido políticas alejadas de las típicas de izquierda, tales como la responsabilidad fiscal, el tipo de cambio flotante y el control de la inflación, esto en búsqueda de la estabilidad como base esencial de la Política de Estado de ambas naciones. A pesar de lo anterior ambos han implementado políticas destinadas a la superación de la pobreza extrema y a la ampliación de las libertades individuales en sus respectivos países. Según expresa Huneeus, los empresarios y los políticos de derecha han resaltado que los buenos resultados económicos de la Concertación se deben a que se ha continuado con las reformas iniciadas en la dictadura militar (situación en la que coinciden con los economistas de izquierda radical que se oponen al gobierno)[13].

Conclusión

A partir de lo que hemos analizado en el presente ensayo, podemos afirmar que existen elementos que pueden considerarse como propios de gobiernos de “Tercera Vía” en las experiencias desarrolladas por Ricardo Lagos y Lula Da Silva, ya que ambos han desarrollados políticas económicas pragmáticas que han dejado de lado algunas premisas típicas de los gobiernos de izquierda, a la vez que han tendido a aumentar las libertades civiles. Todo esto con decisiones absolutamente tomadas en busca de resultados concretos (no necesariamente las más populares).

Sin embargo, quedan aún pendientes algunas reformas tendientes a aumentar la participación de la ciudadanía en las decisiones que tomen los gobiernos, ya que es necesario que los gobiernos progresistas actúen en torno a valores tradicionales de la izquierda como la igualdad, la equidad y la participación.

Esta situación no puede extrapolarse, por el momento, a otros países de la región, ya que estos se encuentran en una situación de inestabilidad y en otra etapa de su desarrollo democrático, por lo que son presa fácil para los neo-populismos, como (por ejemplo) el caso de Kirchner en Argentina, Mesa en Bolivia o Chávez en Venezuela, los que tienen que mantener su respaldo en base a medidas de corte popular pero que afectan su credibilidad internacional, afectando la inversión y los equilibrios fiscales.

La Tercera Vía, al no contar con una elaboración doctrinaria sustancial, debe orientarse a la búsqueda de un reencantamiento con la política con el fin de evitar caer en las tentaciones populistas del resto de la región, en la que Brasil se mantuvo hasta hace pocos años, mientras que en Chile se manifiesta en la candidatura del alcalde Joaquín Lavín.

Bibliografía

· Blair, Tony. La Tercera Vía, una democracia social moderna. El País, Madrid, 21 septiembre 1998, en http://www.el-pais.es[ en línea]

· Bobbio, Norberto:Derecha e izquierda: razones y significados de una distinción política”, Madrid, Taurus, 1995

· Bobbio, Norberto: “Las ideologías y el Poder en Crisis: Pluralismo, democracia, socialismo, comunismo, tercera vía y tercera fuerza”, Ariel, Barcelona, 1988.

· Cantelmi, Marcelo: “Kirchner, Lula, Lagos: Tras un mismo modelo económico”, Informe n°311, Política Internacional, en http://www.asuntospublicos.org , 2003 [en línea]

· Giddens, Anthony: “La Tercera Vía: la renovación de la socialdemocracia”, Taurus, Madrid, 1999

· Huneeus, Carlos: “Los cambios institucionales al sistema económico durante la transición a la democracia en Chile: Del neoliberalismo a la economía social de mercado”, Revista de Ciencia Política Volumen XX, n°2, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, 2000

· Lagos, Ricardo: “Hacia una ‘tercera vía’ latinoamericana”, 1999, en http://www.politica.com.ar/tercera_via/Hacia_una_tercera_via_latinoamericana_lagos.htm [en línea]

· Lahera, Eugenio: “La Historia Sigue”, en http://www.elmercurio.com, Santiago, 04/02/2001.

· Lechner, Norbert: “El debate sobre Estado y Mercado”, Revista Estudios Públicos n°47, Centro de Estudios Públicos, en http://www.cepchile.cl, Santiago, 1992

· Lloyd, John: “No somos siervos”, Revista Estudios Públicos n°74 en http://www.cepchile.cl, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1999


[1] Giddens, Anthony: “La Tercera Vía: la renovación de la socialdemocracia”, Taurus, Madrid, 1999

[2] Blair, Tony. La Tercera Vía, una democracia social moderna. El País, Madrid,

21 septiembre 1998, en http://www.el-pais.es

[3] Lagos, Ricardo: “Hacia una ‘tercera vía’ latinoamericana”, 1999, en http://www.politica.com.ar/tercera_via/Hacia_una_tercera_via_latinoamericana_lagos.htm [en linea]

[4] Op.Cit.

[5] Lloyd, John: “No somos siervos”, Revista Estudios Públicos n°74, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1999

[6] Bobbio, Norberto: Derecha e izquierda: razones y significados de una distinción política”,

Madrid : Taurus, 1995

[7] Bobbio la considera como un conjunto de ideas políticas, así como un conjunto de intereses y valoraciones sobre la dirección de la sociedad.

[8] Bobbio, Norberto: “Las ideologías y el Poder en Crisis: Pluralismo, democracia, socialismo, comunismo, tercera vía y tercera fuerza”, Ariel, Barcelona, 1988.

[9]Lagos (1999).

[10] Lechner, Norbert: “El debate sobre Estado y Mercado”, Revista Estudios Públicos n°47, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1992

[11] Cantelmi, Marcelo: “Kirchner, Lula, Lagos: Tras un mismo modelo económico”, Informe n°311 Política Internacional, en http://www.asuntospublicos.org , 2003

[12] Lahera, Eugenio: “La Historia Sigue”, en http://www.elmercurio.com, Santiago, 04/02/2001.

[13] Huneeus, Carlos: “Los cambios institucionales al sistema económico durante la transición a la democracia en Chile: Del neoliberalismo a la economía social de mercado”, Revista de Ciencia Política Volumen XX, n°2, Pontificia Universidad Católica de Chile, Santiago, 2000

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