miércoles, diciembre 07, 2005

El Partido Socialista Europeo: Un actor innovador en la integración europea






Monografía hecha el año 2003 bajo la supervisión del Profesor Matías Tagle en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

1.-Introducción

La construcción de la Unión Europea se ha dado junto con la creación de instituciones comunes en las cuales los Estados miembros han logrado consensos, los que han logrado mantener (y en algunos casos establecer) regímenes democráticos a lo largo del continente europeo. Desde la creación de la Unión Europea, con el tratado de Maastricht en 1992, la estructura de ésta se ha orientado a una relación más federal en las instituciones desarrolladas, lo cual redujo el campo en el que eran necesarias las decisiones unánimes y empezó a tomar importancia el rol del Parlamento Europeo, única institución europea elegida directamente, que logra compatibilizar el que los representantes de los Gobiernos compartan la toma de decisiones con los ciudadanos de la Unión Europea.

En el siguiente trabajo monográfico se pretende dar a conocer el proceso vivido en la formación del Partido Socialista Europeo, ya que se considera el mejor ejemplo de partido europeo, debido a que desde un principio los partidos socialdemócratas nacionales han buscado agruparse, siendo los primeros en lograrlo e incluyendo miembros de todos los países de la UE.

El proceso de formación de grandes partidos en el seno de la Unión Europea ha sido lento y ha pasado casi desapercibido, pero no empezó ayer. Como se expondrá en el siguiente trabajo, la formación del Partido Socialista Europeo fue un largo proceso con muchos altibajos, pero que llegó a término en 1992. Su creación se debe principalmente al déficit democrático que existía en la toma de decisiones de la UE.

A partir del gran pluralismo del continente europeo, los partidos políticos pudieron desempeñar un efectivo papel de forma de hacer viable la toma de decisiones en un marco institucional basado en reglas objetivas y en resultados electorales. Fue un proceso natural el que los partidos afines se agrupasen entre sí en lugar de que los representantes de cada país lo hicieran, ya que la importancia que toma el parlamento europeo es la de ser representativo de los ciudadanos de Europa como un conjunto, como una gran comunidad federal, y no de una forma en que cada país defienda sus intereses particulares, ya que si esto sucediese, la UE sería un mero organismo intergubernamental como la ONU y no la agrupación de todos los pueblos de Europa como siempre ha sido su objetivo.

Es interesante analizar, además, la capacidad de los partidos socialdemócratas de agruparse a pesar de sus diferencias ideológicas, en comparación con las dificultades que encontraron los partidos de derecha. En este punto se considera que son claves dos cosas: que el proyecto “europeísta” ha provocado más nacionalismos en la derecha que en la izquierda; y que los partidos socialdemócratas se encontraban agrupados en la Internacional Socialista.

2.-Contexto de la formación del PSE[1]

Es imprescindible el explicar los sucesos que se dan paralelamente a la formación de las comunidades europeas con respecto de los partidos socialistas para entender el proceso mediante el cual se va formando el contexto para la futura formación del Partido Socialista Europeo.

A raíz de la propuesta que desarrolla Schuman en 1950, en relación a la conformación de la CECA, la Internacional Socialista decide crear un grupo de estudios que desarrolle propuestas en torno al tema de la unidad europea, en el que participen delegados de los seis países que conformarían la asociación. Esta es la primera oportunidad en que colaboran los partidos socialistas europeos en torno al tema de la integración, cuestión que de ahí en adelante se dará frecuentemente.

Es así que en 1955, cuando se plantea la profundización de las relaciones de integración europea con la creación del EURATOM y de la Comunidad Económica Europea (CEE), los partidos socialistas deciden realizar el “Primer Congreso Inter-partidos”, en Luxemburgo, con el fin de analizar las ya mencionadas propuestas. En este congreso se decide crear una Agencia de Contacto que se dedique a canalizar las comunicaciones entre los distintos partidos con representación en la Asamblea Común. Dentro de las obligaciones de ésta, estaba la de realizar Congresos Bianuales y citar a reuniones cuando fuese necesario.

Con la aprobación del Tratado de Roma la Asamblea Común da paso a la Asamblea Parlamentaria Europea (EPA), la que abarcaría a las tres comunidades. Es por esto que se decide que los partidos socialistas conformen una sola bancada al igual que lo habían hecho en la Asamblea de la CECA. Luego, durante el tercer Congreso Bianual, se toman resoluciones en cuanto a los métodos de cooperación entre los partidos para lograr consensos en lo referido a los problemas ocasionados debido a la existencia de la Comunidades Europeas.

Después del 3er Congreso, la Agencia se dedica a realizar una serie de Seminarios a lo largo de Europa con el fin de establecer un Programa Socialista Europeo, que debía servir de guía a los miembros de la EPA y a los mismos partidos socialistas en cuanto a temas de integración europea. Mientras este proceso se desarrollaba, sucedieron dos grandes sucesos que hicieron que esto pasara a un último plano: la postulación a la membresía de Gran Bretaña, Irlanda, Dinamarca y Noruega; y la presentación del “Plan Fouchet”, en torno a la creación de una Política Exterior y de Defensa Comunes.

Estos dos acontecimientos fueron celebrados por los partidos socialistas durante el 5º Congreso, en el que se decide apoyar el “Plan Fouchet” y que los países postulantes deben ingresar en el menor tiempo posible, ya que ambos se dirigen claramente al objetivo de la formación de los “Estados Unidos de Europa”. A pesar del entusiasmo de los socialistas, estos proyectos fueron truncados debido al veto de De Gaulle a la entrada de Gran Bretaña y, en general, a cualquier proyecto de mayor integración europea, postura que fue condenada duramente tanto por la Agencia como por el Grupo Socialista de la EPA.

A pesar que durante el sexto y el séptimo congreso se propusieron más mecanismos de integración y que se acentúa la interacción entre los partidos socialistas con la creación de cuerpos de investigación en torno a políticas económicas, sociales y de integración, estos se vieron frustrados debido al poco avance que se lograba debido al continuo veto francés a las propuestas de integración política de las Comunidades Europeas.

Con la renuncia de De Gaulle en 1969, se produce una aceleración en el proceso de integración europea, principalmente propiciada por los partidos socialistas que deciden democratizar las instituciones europeas, apoyados en una nueva estructura de cooperación de los partidos socialistas. Es aquí cuando los representantes socialistas holandeses proponen la creación de un Partido Progresista Europeo con el fin de alinear a los partidos socialistas y a los que no lo eran, en torno a una agenda común. A parte de los holandeses, dos comisionados abogaron por la creación de un Partido Socialista Europeo, ya que ante la imposibilidad de realizar elecciones directas para el Parlamento Europeo, la única forma de democratización real, era la creación de un “mercado común de partidos políticos”. Estas propuestas finalmente no contaron con respaldo debido a que los partidos nacionales no estaban preparados para profundizar su integración, ya que consideraban que existían intereses locales diversos y cualquier cooperación debía basarse en la autonomía de los partidos miembros y como extensión de estos.

En 1974, en Luxemburgo se decide que el nuevo organismo que debía aglutinar a los partidos socialistas seria la Confederación de Partidos Socialistas de la Comunidad Europea (CSPEC). Lo más importante es quizás el lenguaje que se usa, ya que llama a los partidos miembros “una familia de partidos”, lo que reflejaba un mayor acercamiento que en la tradicional estructura de cooperación transnacional. Se decidió que cada partido podía traducir la nueva oficina en su idioma de una forma que mejor representara sus intereses (es así como en holandés se traduce Federatie; en alemán Bund; en francés Union; o en italiano Confederazione, entre otros). De esta forma, los diferentes partidos se sintieron más parte y decidieron que la CSPEC era la institución adecuada para realizar un programa común para los partidos socialistas en las primeras elecciones directas del EP.

A partir de esto la CSPEC se aboca a la conformación de un programa común para los partidos socialistas europeos, que sin embargo, no le otorgaron importancia, debido a que el documento que se les entregó era de 30 páginas y no tenía que ver con su realidad.

Finalmente los principales líderes de los partidos nacionales deciden trabajar en conjunto en un programa en común, principalmente porque los demócratas cristianos y los liberales sí fueron capaces de ponerse de acuerdo en un programa común. Sin embargo éste contenía pocas propuestas concretas y fue necesario que la CSPEC creara otro documento complementario, siendo ambos aprobados en el décimo Congreso en 1979, siendo usados por todos los partidos salvo el británico y el belga. Estas elecciones dejaron la lección a los partidos socialistas de que un programa común podía concretarse sólo de realizarse una verdadera y gradual convergencia de intereses.

En el décimo primer Congreso el tema fue “Los Socialistas contra la Derecha”, como una forma de unir a los diferentes partidos contra los vestigios de dictaduras en España, Portugal y Grecia, y la emergente “nueva derecha” en Gran Bretaña, Francia, Alemania y Escandinavia. En él se decide que la función principal de la Confederación será el coordinar el desarrollo y rejuvenecimientito de las políticas nacionales de los partidos en un difícil período para los partidos socialistas. La votación en las elecciones de 1984 cayó y se consideró un fracaso para los que esperaban crear un sistema europeo de partidos.

La conferencia de París en 1987 dejó claro que terminaba un periodo difícil para la cooperación entre los partido nacionales y que el rol de la CSPEC era el de coordinar las políticas de éstos con el fin de integrar sus políticas. Asimismo se descubrió que a través de las reuniones de los presidentes de los partidos nacionales se provee de una conexión directa entre los objetivos socialistas en relación a Europa.

En el congreso de la CSPEC de 1989 en Bruselas el presidente de la Comisión Europea, Jaques Delors intervino y enfatizó en la necesidad de una posición socialista clara en torno a la EMU, y además se acepta la incorporación del PASOK, partido socialista de Grecia, a la CSPEC. En las elecciones de 1989 por primera vez el grupo socialista se convirtió en el más grande del EP. Posteriormente, en el aniversario de la Revolución Francesa, los líderes de los partidos socialistas firman una declaración en que apoyan el informe de Delors en cuanto a la EMU (incluso la apoya el Partido Laborista Británico, que anteriormente siempre se negó).

La forma en que operaba la CSPEC, con equipos desarrollando los temas de importancia para los miembros, y fluidas tomas de decisiones por parte de los líderes de los partidos, hizo que esta Confederación se fuera transformando en un verdadero partido político a nivel europeo, e hizo que las preocupaciones de los partidos pasaran de ser locales a europeas.

En 1991 se terminan de aprobar las reformas que serán firmadas en el Tratado de Maastricht, entre las cuales se hace alusión a la importancia de la creación de partidos de nivel europeo. Es así que durante 1992 se proponen una serie de cambios en los estatutos de la CSPEC entre los que se cuentan la introducción de la palabra partido, la incorporación de miembros de países de Europa Central y del Este, y la agregación de fuerzas más progresistas asociadas a una organización socialista.

Los líderes políticos de los distintos grupos del EP trabajaron en la creación de un estatuto de los partidos políticos europeos que incluía los ítemes de definiciones, constitución, obligaciones, financiamiento y reconocimiento. Se establece por parte de la CSPEC que todos los partidos miembros deben discutir internamente sobre la creación de un Partido Socialista Europeo.

En julio de 1992 una reunión de la CSPEC se discute nuevamente sobre la creación del partido, discutiéndose sobre la cuestión del nombre: dónde poner europeo, dónde poner socialista y dónde poner partido. En tanto los laboristas británicos indicaron la necesidad de no adelantar el debate, puesto que podía provocar el rechazo por parte de la prensa de su país en torno a la aprobación del Tratado de Maastricht. Después de varios meses de deliberación, el congreso de Hague del 9 y 10 de noviembre de 1992, decidió la creación del Partido de los Europeos Socialistas (PES), nombre que combinaba el concepto unitario de “partido” y a la vez le daba una noción de pluralidad. Sin embargo, debido al principio de subsidiariedad se determina que cada país puede traducirlo de forma distinta.

A partir de la formación de la Unión Europea hasta 1992 se sucedieron gobiernos socialdemócratas simbolizados en la llegada de Máximo D’Alema y Gerhard Schröder al poder. Esto se debió, a que si bien los gobiernos de centro-derecha fueron efectivos en combatir la inflación, no lo fueron en cuanto al combate al desempleo, y además, al compromiso de los miembros del PES con la EMU (Unión Económica y Monetaria)[2].

Sumado a lo anterior, la mayoría de los partidos miembros del PES vivieron un período de continuos cambios en su política. El mayor ejemplo es el caso del Partido Laborista británico que luego de tres derrotas sucesivas entró en este proceso con miras a recuperar a su electorado de centro.

Sin embargo, esta recuperación de los partidos socialdemócratas terminó a comienzos de la siguiente década: con la victoria del Partido Popular Europeo en 1999 y con el triunfo de Jörg Haider en Austria, lo que se debe principalmente al cambio de la agenda política hacia temas más proclives a la derecha, tales como la inmigración y la seguridad[3].

3.- El PSE como partido innovador

Desde que se celebraron las primeras elecciones directas al Parlamento, hace más de veinte años, el número de Estados miembros ha ido aumentando de 9 a 15, y en paralelo, el número de partidos nacionales o regionales que han obtenido representación ha pasado de 41 a 75[4].

Es así, que la presente monografía se detendrá en la importancia del PSE como innovador, ya que se considera de máxima importancia rescatar el hecho de que los partidos socialdemócratas fuesen capaces de agruparse desde el principio[5].

Los socialistas integraron desde la primera elección a miembros de todos los países, en tanto que los Populares integraron a miembros de sólo 7 de los 9 países en 1979, hasta 1989 cuando logran incluir miembros de todos los países[6].

Esta es una clara demostración del espíritu europeísta de los partidos socialdemócratas, lo que se ve reflejado en la superioridad que logran marcar en un principio con respecto a los partidos de derecha, ya que estos últimos, por su tendencia histórica hacia el nacionalismo, les costó mucho más agruparse y comprender el espíritu federal[7] que se trata de poner en práctica en la Unión Europea.

Es esta idea la que condujo a los socialistas a agruparse como una forma de comprometerse con la integración europea, de forma de evitar que la discusión de los representantes de los ciudadanos europeos se diese como salvaguardia de los intereses particulares de cada país, y se pudiese dar en torno a la representación de una gran comunidad europea, con distintas visiones, ya sea de derecha, izquierda, ecologistas, liberales, etc., en donde finalmente la discusión se centra en el futuro de la Unión como conjunto, y no como miembros de un país en un organismo intergubernamental como la ONU. La capacidad que ha tenido la Unión Europea de constituirse en un verdadero referente para los ciudadanos del continente, es la que permite que su situación sea distinta a la de una gran ONG, ya que ha logrado que los países miembros cedan parte de su soberanía a favor de ella.

Los partidos socialistas, en comparación con los partidos de derecha, definitivamente pudieron entender y asimilar de mejor manera esta situación, ya que estos últimos se encontraron divididos en cuanto a su disposición a la integración. De esta forma, los partidos socialistas fueron capaces de interpretar el camino que debía seguir la Unión. De hecho, la idea de formar un gran partido europeo es de antigua data para los partidos socialistas, que ya lo habían esbozado a partir de fines de los sesenta, con las propuestas tanto del Partij van de Arbeid (PvdA) como la de los comisionados Sicco Mansholt y Lionello Levi-Sandri[8].

La preocupación de los partidos socialistas por profundizar la integración del continente europeo los convierte en líderes de este proceso mediante el cual comienza con la democratización de las instituciones europeas y con la implementación de la EMU (Unión Económica y Monetaria). De esta forma se consolidan como los grandes propulsores de la Unión Europea y ganan los gobiernos de sus respectivos países, y es así como se suceden los triunfos en Inglaterra, Francia, Italia y Alemania.

La estructura que le dan los partidos socialistas a su coordinación a nivel europeo evoluciona paralelamente con el nivel de evolución de la Unión, es decir, a medida que la Unión va profundizando su integración, los partidos socialistas también lo van haciendo.

De esta manera, a partir de los nuevos tiempos que va viviendo la unificación de Europa, lo partidos socialistas van profundizando también su nivel de integración y se van acercando más a la idea de un partido de nivel europeo que sea capaz de canalizar las inquietudes de todos los partidos miembros de manera de que estos mantengan sus identidades propias, y que a la vez sean capaces de actuar como un cuerpo único a través de PSE. Esta idea es similar a la que se espera de la Unión Europea en su conjunto: que cada país miembro sea capaz de mantener su identidad propia, pero que al mismo tiempo sea capaz de actuar en conjunto hacia el exterior a través de las instituciones europeas.

Sin embargo, desde fines de los noventa esta situación a cambiado, ya que la derecha logró unificarse en el Partido Popular Europeo y de esta forma actuar de acuerdo con lo que les exigían los nuevos tiempos que se viven en Europa[9]. Esto, sumado a un giro en las preocupaciones de los ciudadanos europeos hacia temas mucho más favorables a la derecha como son la inmigración y la seguridad[10] (sobre todo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001), le han permitido posicionarse y liderar la Europa de comienzos del siglo XXI, donde lograron transformarse en mayoría en el Parlamento Europeo y gobernar en España, Francia, Italia y Austria, entre otros países.

4.-Conclusión

A partir de lo desarrollado a lo largo del trabajo presente, se ha podido apreciar cómo los partidos socialistas lograron captar de mejor forma que ningún otro sector político el camino que debía seguir la UE, lo que les permitió liderar este proceso de integración europea, siendo pioneros en términos de integración política con el proceso que lleva a la creación del PSE.

Sin embargo, y como se dijo anteriormente, la derecha europea ya logró equiparar los avances logrados por los partidos socialistas y en este momento se encuentra liderando los gobiernos en gran parte de los países europeos, además de contar con mayoría dentro del Parlamento Europeo. Estos han aprovechado claramente el momento favorable que han tenido debido a que las preocupaciones de los ciudadanos europeos han cambiado producto del contexto histórico en el que se encuentra el mundo.

Es por esto que se hace indispensable que los partidos progresistas europeos, representados en el PSE, retomen la senda de la innovación política en torno a los temas de integración europea. De esta forma recuperarían el liderazgo en este proceso, lo que a la luz de los hechos, se transformaría en un reimpulso para este.

Debido al sentido dinámico que tiene el progresismo en su esencia, el proceso de integración europeo le es particularmente cercano, por lo que la innovación en este sentido debiese suponer que el PSE apostará por profundizarlo y por liderar la ampliación de la Unión hacia los países del Este europeo, para lo cual ya se encuentra trabajando con la creación de grupos de estudio al respecto, y así poder integrar los partidos políticos afines de esta región. Esto debe ir acompañado también de un fuerte compromiso con la implementación de la PESC (Política Exterior y de Seguridad Común) y con otras iniciativas que promuevan la profundización del proceso de integración europea, que impliquen nuevas concesiones de soberanía nacional a favor de otorgarle mayor peso político a la Unión Europea.

Es por esto que el PSE debe proporcionar el liderazgo necesario para avanzar en este proceso. Pero no se está hablando de un liderazgo cerrado, sino de uno que sea capaz de ser inclusivo con el centro europeo y sobre todo con los ciudadanos, con el fin de conformar una posición mayoritaria que sustente la profundización del proceso de integración.



[1] Simon Hix es el único que ha investigado en torno al tema y a partir de su lectura se pueden extraer datos que de otra forma no tendríamos. Es por esto que los datos que aquí entrego estan basado solo en su texto, y los incluyo ya que considero importante que el lector conozca el contexto en que se forma el PSE.

-Hix, Simon; “A History of the PES: 1957-1994” Editado por Peter Brown-Pappamikail

en http://www.pes.org/upload/publications/37EN19_en.pdf (en línea)

[2] Lesse, Urs: “1994-2002”, en “Shaping a Vision: a History of the Party of European Socialists (1957-2002)”, Simon Hix – Urs Lesse, Party of European Socialists, Bruselas, 2002.

[3] Ibid.

[4] Colomer, Josep; “The European Union: federalism in the making”, en “Political Institutions in Europe”, Editorial Routledge, Londres, 2002

[5] Esta importancia es considerada como tal, por el autor de la presente monografía, la que será argumentada en lo que queda del trabajo.

[6] Op.cit.

[7] Ibid.

[8] Hix, Simon; “A History of the PES: 1957-1994” Editado por Peter Brown-Pappamikail

en http://www.pes.org/upload/publications/37EN19_en.pdf (en línea)

[9] Liepins, Kathrine; “La nueva fuerza de la derecha europea”, publicado en Que Pasa (www.quepasa.cl), 15 de marzo de 2002

[10] Lesse, Urs: “1994-2002”, en “Shaping a Vision: a History of the Party of European Socialists (1957-2002)”, Simon Hix – Urs Lesse, Party of European Socialists, Bruselas, 2002.

1 Comments:

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Monografía hecha el año 2003 bajo la supervisión del Profesor Matías Tagle en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

1.-Introducción

La construcción de la Unión Europea se ha dado junto con la creación de instituciones comunes en las cuales los Estados miembros han logrado consensos, los que han logrado mantener (y en algunos casos establecer) regímenes democráticos a lo largo del continente europeo. Desde la creación de la Unión Europea, con el tratado de Maastricht en 1992, la estructura de ésta se ha orientado a una relación más federal en las instituciones desarrolladas, lo cual redujo el campo en el que eran necesarias las decisiones unánimes y empezó a tomar importancia el rol del Parlamento Europeo, única institución europea elegida directamente, que logra compatibilizar el que los representantes de los Gobiernos compartan la toma de decisiones con los ciudadanos de la Unión Europea.

En el siguiente trabajo monográfico se pretende dar a conocer el proceso vivido en la formación del Partido Socialista Europeo, ya que se considera el mejor ejemplo de partido europeo, debido a que desde un principio los partidos socialdemócratas nacionales han buscado agruparse, siendo los primeros en lograrlo e incluyendo miembros de todos los países de la UE.

El proceso de formación de grandes partidos en el seno de la Unión Europea ha sido lento y ha pasado casi desapercibido, pero no empezó ayer. Como se expondrá en el siguiente trabajo, la formación del Partido Socialista Europeo fue un largo proceso con muchos altibajos, pero que llegó a término en 1992. Su creación se debe principalmente al déficit democrático que existía en la toma de decisiones de la UE.

A partir del gran pluralismo del continente europeo, los partidos políticos pudieron desempeñar un efectivo papel de forma de hacer viable la toma de decisiones en un marco institucional basado en reglas objetivas y en resultados electorales. Fue un proceso natural el que los partidos afines se agrupasen entre sí en lugar de que los representantes de cada país lo hicieran, ya que la importancia que toma el parlamento europeo es la de ser representativo de los ciudadanos de Europa como un conjunto, como una gran comunidad federal, y no de una forma en que cada país defienda sus intereses particulares, ya que si esto sucediese, la UE sería un mero organismo intergubernamental como la ONU y no la agrupación de todos los pueblos de Europa como siempre ha sido su objetivo.

Es interesante analizar, además, la capacidad de los partidos socialdemócratas de agruparse a pesar de sus diferencias ideológicas, en comparación con las dificultades que encontraron los partidos de derecha. En este punto se considera que son claves dos cosas: que el proyecto “europeísta” ha provocado más nacionalismos en la derecha que en la izquierda; y que los partidos socialdemócratas se encontraban agrupados en la Internacional Socialista.

2.-Contexto de la formación del PSE[1]

Es imprescindible el explicar los sucesos que se dan paralelamente a la formación de las comunidades europeas con respecto de los partidos socialistas para entender el proceso mediante el cual se va formando el contexto para la futura formación del Partido Socialista Europeo.

A raíz de la propuesta que desarrolla Schuman en 1950, en relación a la conformación de la CECA, la Internacional Socialista decide crear un grupo de estudios que desarrolle propuestas en torno al tema de la unidad europea, en el que participen delegados de los seis países que conformarían la asociación. Esta es la primera oportunidad en que colaboran los partidos socialistas europeos en torno al tema de la integración, cuestión que de ahí en adelante se dará frecuentemente.

Es así que en 1955, cuando se plantea la profundización de las relaciones de integración europea con la creación del EURATOM y de la Comunidad Económica Europea (CEE), los partidos socialistas deciden realizar el “Primer Congreso Inter-partidos”, en Luxemburgo, con el fin de analizar las ya mencionadas propuestas. En este congreso se decide crear una Agencia de Contacto que se dedique a canalizar las comunicaciones entre los distintos partidos con representación en la Asamblea Común. Dentro de las obligaciones de ésta, estaba la de realizar Congresos Bianuales y citar a reuniones cuando fuese necesario.

Con la aprobación del Tratado de Roma la Asamblea Común da paso a la Asamblea Parlamentaria Europea (EPA), la que abarcaría a las tres comunidades. Es por esto que se decide que los partidos socialistas conformen una sola bancada al igual que lo habían hecho en la Asamblea de la CECA. Luego, durante el tercer Congreso Bianual, se toman resoluciones en cuanto a los métodos de cooperación entre los partidos para lograr consensos en lo referido a los problemas ocasionados debido a la existencia de la Comunidades Europeas.

Después del 3er Congreso, la Agencia se dedica a realizar una serie de Seminarios a lo largo de Europa con el fin de establecer un Programa Socialista Europeo, que debía servir de guía a los miembros de la EPA y a los mismos partidos socialistas en cuanto a temas de integración europea. Mientras este proceso se desarrollaba, sucedieron dos grandes sucesos que hicieron que esto pasara a un último plano: la postulación a la membresía de Gran Bretaña, Irlanda, Dinamarca y Noruega; y la presentación del “Plan Fouchet”, en torno a la creación de una Política Exterior y de Defensa Comunes.

Estos dos acontecimientos fueron celebrados por los partidos socialistas durante el 5º Congreso, en el que se decide apoyar el “Plan Fouchet” y que los países postulantes deben ingresar en el menor tiempo posible, ya que ambos se dirigen claramente al objetivo de la formación de los “Estados Unidos de Europa”. A pesar del entusiasmo de los socialistas, estos proyectos fueron truncados debido al veto de De Gaulle a la entrada de Gran Bretaña y, en general, a cualquier proyecto de mayor integración europea, postura que fue condenada duramente tanto por la Agencia como por el Grupo Socialista de la EPA.

A pesar que durante el sexto y el séptimo congreso se propusieron más mecanismos de integración y que se acentúa la interacción entre los partidos socialistas con la creación de cuerpos de investigación en torno a políticas económicas, sociales y de integración, estos se vieron frustrados debido al poco avance que se lograba debido al continuo veto francés a las propuestas de integración política de las Comunidades Europeas.

Con la renuncia de De Gaulle en 1969, se produce una aceleración en el proceso de integración europea, principalmente propiciada por los partidos socialistas que deciden democratizar las instituciones europeas, apoyados en una nueva estructura de cooperación de los partidos socialistas. Es aquí cuando los representantes socialistas holandeses proponen la creación de un Partido Progresista Europeo con el fin de alinear a los partidos socialistas y a los que no lo eran, en torno a una agenda común. A parte de los holandeses, dos comisionados abogaron por la creación de un Partido Socialista Europeo, ya que ante la imposibilidad de realizar elecciones directas para el Parlamento Europeo, la única forma de democratización real, era la creación de un “mercado común de partidos políticos”. Estas propuestas finalmente no contaron con respaldo debido a que los partidos nacionales no estaban preparados para profundizar su integración, ya que consideraban que existían intereses locales diversos y cualquier cooperación debía basarse en la autonomía de los partidos miembros y como extensión de estos.

En 1974, en Luxemburgo se decide que el nuevo organismo que debía aglutinar a los partidos socialistas seria la Confederación de Partidos Socialistas de la Comunidad Europea (CSPEC). Lo más importante es quizás el lenguaje que se usa, ya que llama a los partidos miembros “una familia de partidos”, lo que reflejaba un mayor acercamiento que en la tradicional estructura de cooperación transnacional. Se decidió que cada partido podía traducir la nueva oficina en su idioma de una forma que mejor representara sus intereses (es así como en holandés se traduce Federatie; en alemán Bund; en francés Union; o en italiano Confederazione, entre otros). De esta forma, los diferentes partidos se sintieron más parte y decidieron que la CSPEC era la institución adecuada para realizar un programa común para los partidos socialistas en las primeras elecciones directas del EP.

A partir de esto la CSPEC se aboca a la conformación de un programa común para los partidos socialistas europeos, que sin embargo, no le otorgaron importancia, debido a que el documento que se les entregó era de 30 páginas y no tenía que ver con su realidad.

Finalmente los principales líderes de los partidos nacionales deciden trabajar en conjunto en un programa en común, principalmente porque los demócratas cristianos y los liberales sí fueron capaces de ponerse de acuerdo en un programa común. Sin embargo éste contenía pocas propuestas concretas y fue necesario que la CSPEC creara otro documento complementario, siendo ambos aprobados en el décimo Congreso en 1979, siendo usados por todos los partidos salvo el británico y el belga. Estas elecciones dejaron la lección a los partidos socialistas de que un programa común podía concretarse sólo de realizarse una verdadera y gradual convergencia de intereses.

En el décimo primer Congreso el tema fue “Los Socialistas contra la Derecha”, como una forma de unir a los diferentes partidos contra los vestigios de dictaduras en España, Portugal y Grecia, y la emergente “nueva derecha” en Gran Bretaña, Francia, Alemania y Escandinavia. En él se decide que la función principal de la Confederación será el coordinar el desarrollo y rejuvenecimientito de las políticas nacionales de los partidos en un difícil período para los partidos socialistas. La votación en las elecciones de 1984 cayó y se consideró un fracaso para los que esperaban crear un sistema europeo de partidos.

La conferencia de París en 1987 dejó claro que terminaba un periodo difícil para la cooperación entre los partido nacionales y que el rol de la CSPEC era el de coordinar las políticas de éstos con el fin de integrar sus políticas. Asimismo se descubrió que a través de las reuniones de los presidentes de los partidos nacionales se provee de una conexión directa entre los objetivos socialistas en relación a Europa.

En el congreso de la CSPEC de 1989 en Bruselas el presidente de la Comisión Europea, Jaques Delors intervino y enfatizó en la necesidad de una posición socialista clara en torno a la EMU, y además se acepta la incorporación del PASOK, partido socialista de Grecia, a la CSPEC. En las elecciones de 1989 por primera vez el grupo socialista se convirtió en el más grande del EP. Posteriormente, en el aniversario de la Revolución Francesa, los líderes de los partidos socialistas firman una declaración en que apoyan el informe de Delors en cuanto a la EMU (incluso la apoya el Partido Laborista Británico, que anteriormente siempre se negó).

La forma en que operaba la CSPEC, con equipos desarrollando los temas de importancia para los miembros, y fluidas tomas de decisiones por parte de los líderes de los partidos, hizo que esta Confederación se fuera transformando en un verdadero partido político a nivel europeo, e hizo que las preocupaciones de los partidos pasaran de ser locales a europeas.

En 1991 se terminan de aprobar las reformas que serán firmadas en el Tratado de Maastricht, entre las cuales se hace alusión a la importancia de la creación de partidos de nivel europeo. Es así que durante 1992 se proponen una serie de cambios en los estatutos de la CSPEC entre los que se cuentan la introducción de la palabra partido, la incorporación de miembros de países de Europa Central y del Este, y la agregación de fuerzas más progresistas asociadas a una organización socialista.

Los líderes políticos de los distintos grupos del EP trabajaron en la creación de un estatuto de los partidos políticos europeos que incluía los ítemes de definiciones, constitución, obligaciones, financiamiento y reconocimiento. Se establece por parte de la CSPEC que todos los partidos miembros deben discutir internamente sobre la creación de un Partido Socialista Europeo.

En julio de 1992 una reunión de la CSPEC se discute nuevamente sobre la creación del partido, discutiéndose sobre la cuestión del nombre: dónde poner europeo, dónde poner socialista y dónde poner partido. En tanto los laboristas británicos indicaron la necesidad de no adelantar el debate, puesto que podía provocar el rechazo por parte de la prensa de su país en torno a la aprobación del Tratado de Maastricht. Después de varios meses de deliberación, el congreso de Hague del 9 y 10 de noviembre de 1992, decidió la creación del Partido de los Europeos Socialistas (PES), nombre que combinaba el concepto unitario de “partido” y a la vez le daba una noción de pluralidad. Sin embargo, debido al principio de subsidiariedad se determina que cada país puede traducirlo de forma distinta.

A partir de la formación de la Unión Europea hasta 1992 se sucedieron gobiernos socialdemócratas simbolizados en la llegada de Máximo D’Alema y Gerhard Schröder al poder. Esto se debió, a que si bien los gobiernos de centro-derecha fueron efectivos en combatir la inflación, no lo fueron en cuanto al combate al desempleo, y además, al compromiso de los miembros del PES con la EMU (Unión Económica y Monetaria)[2].

Sumado a lo anterior, la mayoría de los partidos miembros del PES vivieron un período de continuos cambios en su política. El mayor ejemplo es el caso del Partido Laborista británico que luego de tres derrotas sucesivas entró en este proceso con miras a recuperar a su electorado de centro.

Sin embargo, esta recuperación de los partidos socialdemócratas terminó a comienzos de la siguiente década: con la victoria del Partido Popular Europeo en 1999 y con el triunfo de Jörg Haider en Austria, lo que se debe principalmente al cambio de la agenda política hacia temas más proclives a la derecha, tales como la inmigración y la seguridad[3].

3.- El PSE como partido innovador

Desde que se celebraron las primeras elecciones directas al Parlamento, hace más de veinte años, el número de Estados miembros ha ido aumentando de 9 a 15, y en paralelo, el número de partidos nacionales o regionales que han obtenido representación ha pasado de 41 a 75[4].

Es así, que la presente monografía se detendrá en la importancia del PSE como innovador, ya que se considera de máxima importancia rescatar el hecho de que los partidos socialdemócratas fuesen capaces de agruparse desde el principio[5].

Los socialistas integraron desde la primera elección a miembros de todos los países, en tanto que los Populares integraron a miembros de sólo 7 de los 9 países en 1979, hasta 1989 cuando logran incluir miembros de todos los países[6].

Esta es una clara demostración del espíritu europeísta de los partidos socialdemócratas, lo que se ve reflejado en la superioridad que logran marcar en un principio con respecto a los partidos de derecha, ya que estos últimos, por su tendencia histórica hacia el nacionalismo, les costó mucho más agruparse y comprender el espíritu federal[7] que se trata de poner en práctica en la Unión Europea.

Es esta idea la que condujo a los socialistas a agruparse como una forma de comprometerse con la integración europea, de forma de evitar que la discusión de los representantes de los ciudadanos europeos se diese como salvaguardia de los intereses particulares de cada país, y se pudiese dar en torno a la representación de una gran comunidad europea, con distintas visiones, ya sea de derecha, izquierda, ecologistas, liberales, etc., en donde finalmente la discusión se centra en el futuro de la Unión como conjunto, y no como miembros de un país en un organismo intergubernamental como la ONU. La capacidad que ha tenido la Unión Europea de constituirse en un verdadero referente para los ciudadanos del continente, es la que permite que su situación sea distinta a la de una gran ONG, ya que ha logrado que los países miembros cedan parte de su soberanía a favor de ella.

Los partidos socialistas, en comparación con los partidos de derecha, definitivamente pudieron entender y asimilar de mejor manera esta situación, ya que estos últimos se encontraron divididos en cuanto a su disposición a la integración. De esta forma, los partidos socialistas fueron capaces de interpretar el camino que debía seguir la Unión. De hecho, la idea de formar un gran partido europeo es de antigua data para los partidos socialistas, que ya lo habían esbozado a partir de fines de los sesenta, con las propuestas tanto del Partij van de Arbeid (PvdA) como la de los comisionados Sicco Mansholt y Lionello Levi-Sandri[8].

La preocupación de los partidos socialistas por profundizar la integración del continente europeo los convierte en líderes de este proceso mediante el cual comienza con la democratización de las instituciones europeas y con la implementación de la EMU (Unión Económica y Monetaria). De esta forma se consolidan como los grandes propulsores de la Unión Europea y ganan los gobiernos de sus respectivos países, y es así como se suceden los triunfos en Inglaterra, Francia, Italia y Alemania.

La estructura que le dan los partidos socialistas a su coordinación a nivel europeo evoluciona paralelamente con el nivel de evolución de la Unión, es decir, a medida que la Unión va profundizando su integración, los partidos socialistas también lo van haciendo.

De esta manera, a partir de los nuevos tiempos que va viviendo la unificación de Europa, lo partidos socialistas van profundizando también su nivel de integración y se van acercando más a la idea de un partido de nivel europeo que sea capaz de canalizar las inquietudes de todos los partidos miembros de manera de que estos mantengan sus identidades propias, y que a la vez sean capaces de actuar como un cuerpo único a través de PSE. Esta idea es similar a la que se espera de la Unión Europea en su conjunto: que cada país miembro sea capaz de mantener su identidad propia, pero que al mismo tiempo sea capaz de actuar en conjunto hacia el exterior a través de las instituciones europeas.

Sin embargo, desde fines de los noventa esta situación a cambiado, ya que la derecha logró unificarse en el Partido Popular Europeo y de esta forma actuar de acuerdo con lo que les exigían los nuevos tiempos que se viven en Europa[9]. Esto, sumado a un giro en las preocupaciones de los ciudadanos europeos hacia temas mucho más favorables a la derecha como son la inmigración y la seguridad[10] (sobre todo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001), le han permitido posicionarse y liderar la Europa de comienzos del siglo XXI, donde lograron transformarse en mayoría en el Parlamento Europeo y gobernar en España, Francia, Italia y Austria, entre otros países.

4.-Conclusión

A partir de lo desarrollado a lo largo del trabajo presente, se ha podido apreciar cómo los partidos socialistas lograron captar de mejor forma que ningún otro sector político el camino que debía seguir la UE, lo que les permitió liderar este proceso de integración europea, siendo pioneros en términos de integración política con el proceso que lleva a la creación del PSE.

Sin embargo, y como se dijo anteriormente, la derecha europea ya logró equiparar los avances logrados por los partidos socialistas y en este momento se encuentra liderando los gobiernos en gran parte de los países europeos, además de contar con mayoría dentro del Parlamento Europeo. Estos han aprovechado claramente el momento favorable que han tenido debido a que las preocupaciones de los ciudadanos europeos han cambiado producto del contexto histórico en el que se encuentra el mundo.

Es por esto que se hace indispensable que los partidos progresistas europeos, representados en el PSE, retomen la senda de la innovación política en torno a los temas de integración europea. De esta forma recuperarían el liderazgo en este proceso, lo que a la luz de los hechos, se transformaría en un reimpulso para este.

Debido al sentido dinámico que tiene el progresismo en su esencia, el proceso de integración europeo le es particularmente cercano, por lo que la innovación en este sentido debiese suponer que el PSE apostará por profundizarlo y por liderar la ampliación de la Unión hacia los países del Este europeo, para lo cual ya se encuentra trabajando con la creación de grupos de estudio al respecto, y así poder integrar los partidos políticos afines de esta región. Esto debe ir acompañado también de un fuerte compromiso con la implementación de la PESC (Política Exterior y de Seguridad Común) y con otras iniciativas que promuevan la profundización del proceso de integración europea, que impliquen nuevas concesiones de soberanía nacional a favor de otorgarle mayor peso político a la Unión Europea.

Es por esto que el PSE debe proporcionar el liderazgo necesario para avanzar en este proceso. Pero no se está hablando de un liderazgo cerrado, sino de uno que sea capaz de ser inclusivo con el centro europeo y sobre todo con los ciudadanos, con el fin de conformar una posición mayoritaria que sustente la profundización del proceso de integración.



[1] Simon Hix es el único que ha investigado en torno al tema y a partir de su lectura se pueden extraer datos que de otra forma no tendríamos. Es por esto que los datos que aquí entrego estan basado solo en su texto, y los incluyo ya que considero importante que el lector conozca el contexto en que se forma el PSE.

-Hix, Simon; “A History of the PES: 1957-1994” Editado por Peter Brown-Pappamikail

en http://www.pes.org/upload/publications/37EN19_en.pdf (en línea)

[2] Lesse, Urs: “1994-2002”, en “Shaping a Vision: a History of the Party of European Socialists (1957-2002)”, Simon Hix – Urs Lesse, Party of European Socialists, Bruselas, 2002.

[3] Ibid.

[4] Colomer, Josep; “The European Union: federalism in the making”, en “Political Institutions in Europe”, Editorial Routledge, Londres, 2002

[5] Esta importancia es considerada como tal, por el autor de la presente monografía, la que será argumentada en lo que queda del trabajo.

[6] Op.cit.

[7] Ibid.

[8] Hix, Simon; “A History of the PES: 1957-1994” Editado por Peter Brown-Pappamikail

en http://www.pes.org/upload/publications/37EN19_en.pdf (en línea)

[9] Liepins, Kathrine; “La nueva fuerza de la derecha europea”, publicado en Que Pasa (www.quepasa.cl), 15 de marzo de 2002

[10] Lesse, Urs: “1994-2002”, en “Shaping a Vision: a History of the Party of European Socialists (1957-2002)”, Simon Hix – Urs Lesse, Party of European Socialists, Bruselas, 2002.

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