viernes, diciembre 30, 2005

Del Estado protector al Chorreo (Chile 1973 - 1990)

Ensayo realizado para el curso de Economía Política en la Pontificia Universidad Católica de Chile el año 2003

Introducción

La Economía política de nuestro país durante el período comprendido entre los años 1973 y 1990 está marcada por la dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet, que establece una intervención del modelo económico que estaba aplicando Chile, basado hasta entonces en las premisas entregadas por CEPAL que establecían un modelo keynesiano con un fuerte gasto social por parte del estado en busca del empleo total.

El nuevo modelo que se establecerá en Chile es importado desde la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago, la que establece un convenio con la Pontificia Universidad Católica de Chile para capacitar a docentes de ésta casa de estudios en las nuevas teorías económicas que se están aplicando desde esta escuela, inspiradas en el pensamiento clásico liberal de Adam Smith pero perfeccionadas por el economista estadounidense Milton Friedman, el cual básicamente postula la reducción del rol del Estado y el dejar actuar la las fuerzas del mercado, ya que al producir los privados ganancias, por un efecto llamado “chorreo”, éstas irán “bajando” hasta los más pobres.

En el siguiente ensayo se presentarán los puntos que consideramos más importantes respecto del modelo que se implanta en Chile a partir de la dictadura y que básicamente transforma la economía chilena de forma radical, proceso que ocurre antes de las reformas que aplicarán tanto Ronald Reagan ( en Estados Unidos) como Margareth Thatcher (en el Reino Unido) en este mismo sentido. La importancia de este proceso está dada por el liderazgo económico que alcanza Chile en la región a través de este modelo, que después del fin de la dictadura es mantenido por la coalición gobernante que anteriormente fue su principal crítica, en términos de las desigualdades que este modelo provoca.

El Modelo de la CEPAL

Durante años en Chile, y en general en América Latina, se aplicó un modelo económico desarrollado por la CEPAL que postulaba tres premisas básicas: 1) para que un país pueda desarrollarse debe poseer una economía predominantemente industrial, 2) el comercio internacional favorece a los exportadores de bienes manufacturados y 3) el Estado debe ser el promotor último del desarrollo[1]. Es entonces claro que para países latinoamericanos que no contaban con una industria muy desarrollada era necesario para poder desarrollarse el que se redujera el comercio internacional con otros países y se desarrollara la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) en base al crecimiento de la industria nacional, el llamado crecimiento hacia adentro.

Este modelo estaba basado en lo que Sabino denomina social-keynesianismo, ya que se basaba en la teoría keynesiana en lo referente a la existencia de déficits fiscales, pero en la versión latinoamericana estos eran necesarios en cualquier escenario, a diferencia de lo expresado por Keynes, quien sólo los justificaba en casos de etapas recesivas[2]. Se trata, entonces, no de una política keynesiana en el sentido estricto del término, sino de una forma de utilizar los recursos fiscales como una forma reincidir en lo social. A esto debe sumarse una creciente intervención en el mercado de divisas a través del control del tipo de cambio, el desincentivo de las inversiones extranjera, la intervención del sector financiero, la aplicación de barreras al comercio exterior y la creación de empresas públicas y el control indirecto de algunos mercados considerados estratégicamente elegidos[3].

La razón de estas medidas era la intención de intervenir en lo social marcada por la redistribución de la riqueza a través del control de precios, los subsidios indirectos, la expansión del sistema educativo y del sistema de salud públicos, la creación de un sistema de pensiones universal y el establecimiento de leyes obreras tendientes a la protección de éstos.

Es así que la versión latinoamericana del Estado de Bienestar se desarrolla en una economía fuertemente regulada e intervenida por el Estado, en la cual éste abarcó prácticamente todos los sectores de la economía. El principal promotor de este sistema era Raúl Prebisch, entonces director de la CEPAL.

La respuesta al modelo de CEPAL

Es a partir de mediados de los ’50 que la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago se propone enfrentar las políticas que fomenta la CEPAL desde Chile, precisamente estableciendo un convenio con una Universidad chilena para enfrentar en su mismo terreno a la CEPAL. Para profesores como Aaron Director y Theodore Schultz, los resultados de la política económica de la CEPAL estaban a la vista: “inflación crónica, bajo ritmo de crecimiento y monoexportación”[4]. Es así como los alumnos de la Universidad Católica comienzan a familiarizarse con “la teoría monetaria de Milton Friedman (que conlleva un diagnóstico y cura efectivo contra la inflación), el enfoque de la pobreza vía capital humano de Theodore Schultz, los análisis de los grupos de presión de George Stigler y la teoría de evaluación de proyectos de Arnold Harberger”[5].

Como dice Edwards Las políticas de mercado libre que implantó el régimen militar a partir de 1973 se pueden ver como una reacción a la larga tradición de intervencionismo y controles gubernamentales que caracterizaron a la economía chilena desde los años cuarenta”[6]. Esta afirmación confirma que los economistas de Chicago, conocidos como los “Chicago Boys”, de los que Edwards forma parte, consideran responsable al modelo de la CEPAL de la crisis económica en la que estaba sumido Chile. Es así que estos economistas formados en Chicago participan de la Democracia Cristiana, en la que no tienen mucha cabida debido a la tendencia hacia el comunitarismo que tiene este partido durante los ’60, y de la candidatura del ex presidente Jorge Alessandri, que finalmente fue derrotado por Salvador Allende, pero donde tampoco eran muy valorados debido a que este era representante de una derecha más bien tradicional que no estaba familiarizada con las ideas Neo-liberales. Es por esto que con el golpe militar ven la oportunidad de implantar sus reformas sin las trabas políticas que les supondría esto en un sistema democrático. Como lo afirma Fontaine “La pregunta que cabría plantearse es si ese duro programa de estabilización hubiera sido posible bajo un régimen democrático”[7] . Esta situación llama especialmente la atención debido a la importancia que el mentor de los Chicago Boys, Milton Friedman, considera que “la libertad económica es una condición necesaria de la libertad política”.[8]

Las reformas propuestas estaban explicitadas en un texto publicado por el Centro de Estudios Socio-Económicos (CESEC), think tank de los “Chicago Boys”, llamado “El Ladrillo”, el que proponía un fuerte shock monetario fiscal, tendiente a devolver la viabilidad de la balanza de pagos y a bajar la inflación[9]. Cabe decir, sin embargo, que este programa no fue inmediatamente aceptado por los militares, sino que pudo recién ser implementado cuando en 1975 se nombra a Jorge Cauas como Ministro de Hacienda y de Sergio de Castro como Ministro de Economía, apoyados por los jóvenes economistas provenientes de Chicago y de otros como Hernán Büchi, que no eran de Chicago ni de la Universidad Católica, pero que simpatizaban con el modelo neo-liberal que se quería implantar.

Las reformas neo-liberales abarcaron cinco áreas principalmente, según Fontaine: 1) Redefinición del papel del Estado eliminando los déficit fiscales crónicos, reduciendo el gasto fiscal y los impuestos, liberalizando los mercados y privatizó la mayor parte de las empresas estatales y parte del sistema educacional y de salud, Para Carlos Huneeus “el modelo neoliberal promovió la concentración económica bajo el convencimiento de que la apertura de la economía requería de actores poderosos que pudieran competir en el mercado internacional y miraron con buenos ojos la formación de unos pocos grupos económicos”[10] ; 2) Apertura de la economía eliminando las barreras no arancelarias a las importaciones y la sustitución de las estructuras arancelarias, la reducción de los controles cambiarios y la abolición de todas las restricciones a las importaciones; 3) Creación de un mercado de capitales libre a través de la liberalización de la tasa de interés y el establecimiento de un Banco Central independiente; 4) Flexibilización del mercado laboral quitando poder a los sindicatos, eliminando las restricciones a los despidos y la eliminación de la intervención estatal en los reajustes salariales privados; y 5) Creación de una red social que protegiera a los más pobres de las penurias del cambio del sistema, con programas diversificados[11].

Problemas con el modelo

A pesar del aparente éxito que tiene la implementación de este modelo neo-liberal, éste vive una gran crisis a fines de 1981, cuando la inversión extranjera deja de venir hacia Chile, se disparan las tasas de interés y estalla una gran crisis financiera, provocando esto una de las más grandes recesiones que ha vivido nuestro país[12]. Esto parecía ser el fin del modelo, aunque no fue así, en gran parte debido a que el costo fue absorbido por los más pobres.

Esto se produjo en gran parte debido a una serie de errores macroeconómicos, en particular la mantención artificial del precio del dólar en un valor bajo[13], sumado a la recesión internacional, particularmente fuerte en América Latina, lo que llevó a una serie de quiebras y al endeudamiento de los bancos particulares nacionales. “El tan vilipendiado Estado tuvo que socorrer con más de mil millones de dólares al aparato financiero en quiebra”[14]. Se le pide la renuncia a de Castro, pero se toma una medida que agravó más la crisis: se decide el alza del dólar, lo que provoca la quiebra de muchas personas de clase media que se endeudaron en esa divisa creyendo en las promesas del gobierno. Entre abril de 1982 y febrero de 1983 hubo cuatro Ministros de Hacienda.

El descabezamiento sindical y político que produjo la dictadura militar, además de la firmeza de los aparatos de represión y el control de la prensa permitieron que el régimen se mantuviera en el poder, y la tozudez de Pinochet en mantener el sistema económico logró la supervivencia del experimento de los Chicago Boys[15]. Esto a largo plazo le pasó la cuenta a la dictadura en el plebiscito de 1988, pero en su momento logró sostener al modelo que se recuperó pronto de esta crisis, algo que los Chicago Boys atribuyeron a la naturaleza misma del modelo[16].

Conclusión

A partir de lo revisado en los textos mencionados en la bibliografía y de lo expuesto por el profesor en las clases de nuestro curso, se puede observar que el modelo económico de la dictadura militar en Chile se gesta como una contradicción al desarrollado por la CEPAL. Este nuevo modelo se instaura a partir de la Universidad Católica (particularmente de su Escuela de Economía) y de la influencia que adquieren los Chicago Boys en El Mercurio, lo que hace que sus impulsores sean considerados válidos por parte de los militares.

Este nuevo modelo sería como una repetición de la formación del pensamiento liberal clásico de Adam Smith, quién crea esta teoría a partir de un rechazo al mercantilismo y a la intervención de los gobiernos en la política económica de los países. Podemos ver cierta similitud en los argumentos de Friedman, quien considera que el modelo de intervención estatal es negativo y mercantilista, además de también haber aventurado en la filosofía política, tal como lo hizo Smith en su momento. El nuevo modelo liberal no es más que la repetición de las políticas clásicas, pero esta vez aún más extremas, ya que se implementa de manera absolutamente contradictoria con los principios expresados por Friedman, ya que en este experimento se deja de lado la libertad individual y se aplican reformas de alto costo social que no son respaldadas por los ciudadanos, sino que impuestas a través de una dictadura represiva, lo que Fontaine Talavera llama el “pecado original” de la transformación capitalista en Chile.

Esta situación es la que, a nuestro juicio hace que se pierda fácilmente el apoyo a este modelo debido a la contradicción que genera entre los ciudadanos el que se apele a la libertad y se instaure un modelo mediante medidas represivas. Esto es lo que causará la caída del régimen de Pinochet unos años después, ya que al consultar a los ciudadanos sobre sus motivos para votar No, un 73% respondió que lo hizo debido a que no le gustaba el modelo económico implementado por la dictadura.

Con la llegada de la democracia se pretende crear un híbrido entre los modelos de la CEPAL y el de los Chicago Boys, algo llamado “Economía Social de Mercado”, algo que en el fondo es la continuidad del modelo de la Escuela norteamericana, tratando de ser “maquillado” por los gobiernos de la Concertación, pero que no ha mejorado las condiciones de equidad dentro de la sociedad chilena.

Bibliografía

  • BEYER, Harald, “Selección de Escritos Políticos y Económicos de Milton Friedman”, Revista Estudios Públicos N°60, Centro de Estudios Públicos
  • CENTRO DE ESTUDIOS PÚBLICOS: “El Ladrillo”, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1992
  • EDWARDS, Sebastián: “Estabilización con liberalización: Diez años de experimento chileno con políticas de mercado libre 1973-1983”, Revista Estudios Públicos N°14, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1984
  • EDWARDS, Sebastián - COX, Alejandra: “Monetarismo y liberalización: El experimento chileno”, Fondo de Cultura Económica, México, 1992
  • FONTAINE, Juan Andrés: “Transición Económica y Política en Chile 1970-1990”, Revista Estudios Públicos N°50, Centro de Estudios Públicos, 1991
  • FONTAINE TALAVERA, Arturo: “Sobre el pecado original de la transformación capitalista chilena”, en “El desafío neoliberal: El fin del tercermundismo en América Latina”, Norma, Bogotá, 1992.
  • GAZMURI, Cristián: “La persistencia de la memoria (Reflexiones de un civil sobre la dictadura)”, RIL editores, Santiago, 2000.
  • HUNEEUS, Carlos: “Los cambios institucionales al sistema económico durante la transición a la democracia en Chile: Del Neoliberalismo a la Economía Social de Mercado”, Revista de Ciencia Política, Volumen XX, n°2, Santiago, 2000.
  • KEYNES, John Maynard: “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”, Fondo de Cultura Económica, México, 1980
  • SABINO, Carlos: “El fracaso del intervencionismo: Apertura y Libre Mercado en América Latina”, Panapo, Caracas, 1999

[1] SABINO, Carlos: “El fracaso del intervencionismo: Apertura y Libre Mercado en América Latina”, Panapo, Caracas, 1999

[2] KEYNES, John Maynard: “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”, Fondo de Cultura Económica, México, 1980

[3] Op. Cit.

[4] FONTAINE TALAVERA, Arturo: “Sobre el pecado original de la transformación capitalista chilena”, en “El desafío neoliberal: El fin del tercermundismo en América Latina”, Norma, Bogotá, 1992.

[5] Ibíd.

[6] EDWARDS, Sebastián: “Estabilización con liberalización: Diez años de experimento chileno con políticas de mercado libre 1973-1983”, Revista Estudios Públicos N°14, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1984

[7] FONTAINE, Juan Andrés: “Transición Económica y Política en Chile 1970-1990”, Revista Estudios Públicos N°50, Centro de Estudios Públicos, 1991

[8] BEYER, Harald, “Selección de Escritos Políticos y Económicos de Milton Friedman”, Revista Estudios Públicos N°60, Centro de Estudios Públicos

[9]CENTRO DE ESTUDIOS PÚBLICOS: “El Ladrillo”, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1992

[10] HUNEEUS, Carlos: “Los cambios institucionales al sistema económico durante la transición a la democracia en Chile: Del Neoliberalismo a la Economía Social de Mercado”, Revista de Ciencia Política Volumen XX n°2, Santiago, 2000.

[11] FONTAINE, Juan Andrés: “Transición Económica y Política en Chile 1970-1990”, Revista Estudios Públicos N°50, Centro de Estudios Públicos, 1991

[12] EDWARDS, Sebastián - COX, Alejandra: “Monetarismo y liberalización: El experimento chileno”, Fondo de Cultura Económica, México, 1992

[13] GAZMURI, Cristián: “La persistencia de la memoria (Reflexiones de un civil sobre la dictadura)”, RIl editores, Santiago, 2000.

[14] Ibíd.

[15] Ibíd.

[16] FONTAINE, Juan Andrés: “Transición Económica y Política en Chile 1970-1990”, Revista Estudios Públicos N°50, Centro de Estudios Públicos, 1991

miércoles, diciembre 28, 2005

Propuestas de Michelle Bachelet


Las propuestas lanzadas ayer por Michelle Bachelet no hacen sino confirmar que he tomado una buena opción para el país que quiero construir. Me quiero detener fundamentalmente en las propuetas referidas a Educación.

El compromiso número 11 es "Consolidar los programas de becas universitarias en un sistema nacional de becas que contemple tanto beca de arancel como también beca de mantención y alimentación", es decir, se concretan acuerdos que adquirió este gobierno con la CONFECH en torno a complementar los créditos o becas para los 3 primeros quintiles con becas de mantención lo que tiende a hacer más fácil la vida para los estudiantes de menores ingresos y que puedan dedicarse a sus estudios.

También me parece interesante el número 12 de "Ofrecer a los estudiantes la oportunidad de pagar parcial o totalmente su crédito a través del servicio país en regiones", lo que claramente acoge una propuesta del mundo juvenil desde hace mucho tiempo y que veo muy relacionada con la número 34 de "Crear un programa de Servicio Ciudadano como alternativa al Servicio Militar Obligatorio", ya que ambas tienden a dar mayores oportunidades a los jóvenes para cumplir con sus compromisos con el país, otorgándoles de esa forma mayores libertades.

Asimismo considero importantisimo el compromiso número 28 de "Aplicar un programa para que los mil mejores egresados de cada año de las universidades cursen doctorados en las mejores universidades del mundo", ya que premia a los mejores rendimientos académicos con la oportunidad de perfeccionarse en el exterior y de esa forma traer nuevos conocimientos a nuestro país.

Es por esto que me siento orgulloso del programa de Michelle, ya que va en la linea de avanzar hacia el Chileque tanto queremos.

miércoles, diciembre 07, 2005

El Partido Socialista Europeo: Un actor innovador en la integración europea






Monografía hecha el año 2003 bajo la supervisión del Profesor Matías Tagle en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

1.-Introducción

La construcción de la Unión Europea se ha dado junto con la creación de instituciones comunes en las cuales los Estados miembros han logrado consensos, los que han logrado mantener (y en algunos casos establecer) regímenes democráticos a lo largo del continente europeo. Desde la creación de la Unión Europea, con el tratado de Maastricht en 1992, la estructura de ésta se ha orientado a una relación más federal en las instituciones desarrolladas, lo cual redujo el campo en el que eran necesarias las decisiones unánimes y empezó a tomar importancia el rol del Parlamento Europeo, única institución europea elegida directamente, que logra compatibilizar el que los representantes de los Gobiernos compartan la toma de decisiones con los ciudadanos de la Unión Europea.

En el siguiente trabajo monográfico se pretende dar a conocer el proceso vivido en la formación del Partido Socialista Europeo, ya que se considera el mejor ejemplo de partido europeo, debido a que desde un principio los partidos socialdemócratas nacionales han buscado agruparse, siendo los primeros en lograrlo e incluyendo miembros de todos los países de la UE.

El proceso de formación de grandes partidos en el seno de la Unión Europea ha sido lento y ha pasado casi desapercibido, pero no empezó ayer. Como se expondrá en el siguiente trabajo, la formación del Partido Socialista Europeo fue un largo proceso con muchos altibajos, pero que llegó a término en 1992. Su creación se debe principalmente al déficit democrático que existía en la toma de decisiones de la UE.

A partir del gran pluralismo del continente europeo, los partidos políticos pudieron desempeñar un efectivo papel de forma de hacer viable la toma de decisiones en un marco institucional basado en reglas objetivas y en resultados electorales. Fue un proceso natural el que los partidos afines se agrupasen entre sí en lugar de que los representantes de cada país lo hicieran, ya que la importancia que toma el parlamento europeo es la de ser representativo de los ciudadanos de Europa como un conjunto, como una gran comunidad federal, y no de una forma en que cada país defienda sus intereses particulares, ya que si esto sucediese, la UE sería un mero organismo intergubernamental como la ONU y no la agrupación de todos los pueblos de Europa como siempre ha sido su objetivo.

Es interesante analizar, además, la capacidad de los partidos socialdemócratas de agruparse a pesar de sus diferencias ideológicas, en comparación con las dificultades que encontraron los partidos de derecha. En este punto se considera que son claves dos cosas: que el proyecto “europeísta” ha provocado más nacionalismos en la derecha que en la izquierda; y que los partidos socialdemócratas se encontraban agrupados en la Internacional Socialista.

2.-Contexto de la formación del PSE[1]

Es imprescindible el explicar los sucesos que se dan paralelamente a la formación de las comunidades europeas con respecto de los partidos socialistas para entender el proceso mediante el cual se va formando el contexto para la futura formación del Partido Socialista Europeo.

A raíz de la propuesta que desarrolla Schuman en 1950, en relación a la conformación de la CECA, la Internacional Socialista decide crear un grupo de estudios que desarrolle propuestas en torno al tema de la unidad europea, en el que participen delegados de los seis países que conformarían la asociación. Esta es la primera oportunidad en que colaboran los partidos socialistas europeos en torno al tema de la integración, cuestión que de ahí en adelante se dará frecuentemente.

Es así que en 1955, cuando se plantea la profundización de las relaciones de integración europea con la creación del EURATOM y de la Comunidad Económica Europea (CEE), los partidos socialistas deciden realizar el “Primer Congreso Inter-partidos”, en Luxemburgo, con el fin de analizar las ya mencionadas propuestas. En este congreso se decide crear una Agencia de Contacto que se dedique a canalizar las comunicaciones entre los distintos partidos con representación en la Asamblea Común. Dentro de las obligaciones de ésta, estaba la de realizar Congresos Bianuales y citar a reuniones cuando fuese necesario.

Con la aprobación del Tratado de Roma la Asamblea Común da paso a la Asamblea Parlamentaria Europea (EPA), la que abarcaría a las tres comunidades. Es por esto que se decide que los partidos socialistas conformen una sola bancada al igual que lo habían hecho en la Asamblea de la CECA. Luego, durante el tercer Congreso Bianual, se toman resoluciones en cuanto a los métodos de cooperación entre los partidos para lograr consensos en lo referido a los problemas ocasionados debido a la existencia de la Comunidades Europeas.

Después del 3er Congreso, la Agencia se dedica a realizar una serie de Seminarios a lo largo de Europa con el fin de establecer un Programa Socialista Europeo, que debía servir de guía a los miembros de la EPA y a los mismos partidos socialistas en cuanto a temas de integración europea. Mientras este proceso se desarrollaba, sucedieron dos grandes sucesos que hicieron que esto pasara a un último plano: la postulación a la membresía de Gran Bretaña, Irlanda, Dinamarca y Noruega; y la presentación del “Plan Fouchet”, en torno a la creación de una Política Exterior y de Defensa Comunes.

Estos dos acontecimientos fueron celebrados por los partidos socialistas durante el 5º Congreso, en el que se decide apoyar el “Plan Fouchet” y que los países postulantes deben ingresar en el menor tiempo posible, ya que ambos se dirigen claramente al objetivo de la formación de los “Estados Unidos de Europa”. A pesar del entusiasmo de los socialistas, estos proyectos fueron truncados debido al veto de De Gaulle a la entrada de Gran Bretaña y, en general, a cualquier proyecto de mayor integración europea, postura que fue condenada duramente tanto por la Agencia como por el Grupo Socialista de la EPA.

A pesar que durante el sexto y el séptimo congreso se propusieron más mecanismos de integración y que se acentúa la interacción entre los partidos socialistas con la creación de cuerpos de investigación en torno a políticas económicas, sociales y de integración, estos se vieron frustrados debido al poco avance que se lograba debido al continuo veto francés a las propuestas de integración política de las Comunidades Europeas.

Con la renuncia de De Gaulle en 1969, se produce una aceleración en el proceso de integración europea, principalmente propiciada por los partidos socialistas que deciden democratizar las instituciones europeas, apoyados en una nueva estructura de cooperación de los partidos socialistas. Es aquí cuando los representantes socialistas holandeses proponen la creación de un Partido Progresista Europeo con el fin de alinear a los partidos socialistas y a los que no lo eran, en torno a una agenda común. A parte de los holandeses, dos comisionados abogaron por la creación de un Partido Socialista Europeo, ya que ante la imposibilidad de realizar elecciones directas para el Parlamento Europeo, la única forma de democratización real, era la creación de un “mercado común de partidos políticos”. Estas propuestas finalmente no contaron con respaldo debido a que los partidos nacionales no estaban preparados para profundizar su integración, ya que consideraban que existían intereses locales diversos y cualquier cooperación debía basarse en la autonomía de los partidos miembros y como extensión de estos.

En 1974, en Luxemburgo se decide que el nuevo organismo que debía aglutinar a los partidos socialistas seria la Confederación de Partidos Socialistas de la Comunidad Europea (CSPEC). Lo más importante es quizás el lenguaje que se usa, ya que llama a los partidos miembros “una familia de partidos”, lo que reflejaba un mayor acercamiento que en la tradicional estructura de cooperación transnacional. Se decidió que cada partido podía traducir la nueva oficina en su idioma de una forma que mejor representara sus intereses (es así como en holandés se traduce Federatie; en alemán Bund; en francés Union; o en italiano Confederazione, entre otros). De esta forma, los diferentes partidos se sintieron más parte y decidieron que la CSPEC era la institución adecuada para realizar un programa común para los partidos socialistas en las primeras elecciones directas del EP.

A partir de esto la CSPEC se aboca a la conformación de un programa común para los partidos socialistas europeos, que sin embargo, no le otorgaron importancia, debido a que el documento que se les entregó era de 30 páginas y no tenía que ver con su realidad.

Finalmente los principales líderes de los partidos nacionales deciden trabajar en conjunto en un programa en común, principalmente porque los demócratas cristianos y los liberales sí fueron capaces de ponerse de acuerdo en un programa común. Sin embargo éste contenía pocas propuestas concretas y fue necesario que la CSPEC creara otro documento complementario, siendo ambos aprobados en el décimo Congreso en 1979, siendo usados por todos los partidos salvo el británico y el belga. Estas elecciones dejaron la lección a los partidos socialistas de que un programa común podía concretarse sólo de realizarse una verdadera y gradual convergencia de intereses.

En el décimo primer Congreso el tema fue “Los Socialistas contra la Derecha”, como una forma de unir a los diferentes partidos contra los vestigios de dictaduras en España, Portugal y Grecia, y la emergente “nueva derecha” en Gran Bretaña, Francia, Alemania y Escandinavia. En él se decide que la función principal de la Confederación será el coordinar el desarrollo y rejuvenecimientito de las políticas nacionales de los partidos en un difícil período para los partidos socialistas. La votación en las elecciones de 1984 cayó y se consideró un fracaso para los que esperaban crear un sistema europeo de partidos.

La conferencia de París en 1987 dejó claro que terminaba un periodo difícil para la cooperación entre los partido nacionales y que el rol de la CSPEC era el de coordinar las políticas de éstos con el fin de integrar sus políticas. Asimismo se descubrió que a través de las reuniones de los presidentes de los partidos nacionales se provee de una conexión directa entre los objetivos socialistas en relación a Europa.

En el congreso de la CSPEC de 1989 en Bruselas el presidente de la Comisión Europea, Jaques Delors intervino y enfatizó en la necesidad de una posición socialista clara en torno a la EMU, y además se acepta la incorporación del PASOK, partido socialista de Grecia, a la CSPEC. En las elecciones de 1989 por primera vez el grupo socialista se convirtió en el más grande del EP. Posteriormente, en el aniversario de la Revolución Francesa, los líderes de los partidos socialistas firman una declaración en que apoyan el informe de Delors en cuanto a la EMU (incluso la apoya el Partido Laborista Británico, que anteriormente siempre se negó).

La forma en que operaba la CSPEC, con equipos desarrollando los temas de importancia para los miembros, y fluidas tomas de decisiones por parte de los líderes de los partidos, hizo que esta Confederación se fuera transformando en un verdadero partido político a nivel europeo, e hizo que las preocupaciones de los partidos pasaran de ser locales a europeas.

En 1991 se terminan de aprobar las reformas que serán firmadas en el Tratado de Maastricht, entre las cuales se hace alusión a la importancia de la creación de partidos de nivel europeo. Es así que durante 1992 se proponen una serie de cambios en los estatutos de la CSPEC entre los que se cuentan la introducción de la palabra partido, la incorporación de miembros de países de Europa Central y del Este, y la agregación de fuerzas más progresistas asociadas a una organización socialista.

Los líderes políticos de los distintos grupos del EP trabajaron en la creación de un estatuto de los partidos políticos europeos que incluía los ítemes de definiciones, constitución, obligaciones, financiamiento y reconocimiento. Se establece por parte de la CSPEC que todos los partidos miembros deben discutir internamente sobre la creación de un Partido Socialista Europeo.

En julio de 1992 una reunión de la CSPEC se discute nuevamente sobre la creación del partido, discutiéndose sobre la cuestión del nombre: dónde poner europeo, dónde poner socialista y dónde poner partido. En tanto los laboristas británicos indicaron la necesidad de no adelantar el debate, puesto que podía provocar el rechazo por parte de la prensa de su país en torno a la aprobación del Tratado de Maastricht. Después de varios meses de deliberación, el congreso de Hague del 9 y 10 de noviembre de 1992, decidió la creación del Partido de los Europeos Socialistas (PES), nombre que combinaba el concepto unitario de “partido” y a la vez le daba una noción de pluralidad. Sin embargo, debido al principio de subsidiariedad se determina que cada país puede traducirlo de forma distinta.

A partir de la formación de la Unión Europea hasta 1992 se sucedieron gobiernos socialdemócratas simbolizados en la llegada de Máximo D’Alema y Gerhard Schröder al poder. Esto se debió, a que si bien los gobiernos de centro-derecha fueron efectivos en combatir la inflación, no lo fueron en cuanto al combate al desempleo, y además, al compromiso de los miembros del PES con la EMU (Unión Económica y Monetaria)[2].

Sumado a lo anterior, la mayoría de los partidos miembros del PES vivieron un período de continuos cambios en su política. El mayor ejemplo es el caso del Partido Laborista británico que luego de tres derrotas sucesivas entró en este proceso con miras a recuperar a su electorado de centro.

Sin embargo, esta recuperación de los partidos socialdemócratas terminó a comienzos de la siguiente década: con la victoria del Partido Popular Europeo en 1999 y con el triunfo de Jörg Haider en Austria, lo que se debe principalmente al cambio de la agenda política hacia temas más proclives a la derecha, tales como la inmigración y la seguridad[3].

3.- El PSE como partido innovador

Desde que se celebraron las primeras elecciones directas al Parlamento, hace más de veinte años, el número de Estados miembros ha ido aumentando de 9 a 15, y en paralelo, el número de partidos nacionales o regionales que han obtenido representación ha pasado de 41 a 75[4].

Es así, que la presente monografía se detendrá en la importancia del PSE como innovador, ya que se considera de máxima importancia rescatar el hecho de que los partidos socialdemócratas fuesen capaces de agruparse desde el principio[5].

Los socialistas integraron desde la primera elección a miembros de todos los países, en tanto que los Populares integraron a miembros de sólo 7 de los 9 países en 1979, hasta 1989 cuando logran incluir miembros de todos los países[6].

Esta es una clara demostración del espíritu europeísta de los partidos socialdemócratas, lo que se ve reflejado en la superioridad que logran marcar en un principio con respecto a los partidos de derecha, ya que estos últimos, por su tendencia histórica hacia el nacionalismo, les costó mucho más agruparse y comprender el espíritu federal[7] que se trata de poner en práctica en la Unión Europea.

Es esta idea la que condujo a los socialistas a agruparse como una forma de comprometerse con la integración europea, de forma de evitar que la discusión de los representantes de los ciudadanos europeos se diese como salvaguardia de los intereses particulares de cada país, y se pudiese dar en torno a la representación de una gran comunidad europea, con distintas visiones, ya sea de derecha, izquierda, ecologistas, liberales, etc., en donde finalmente la discusión se centra en el futuro de la Unión como conjunto, y no como miembros de un país en un organismo intergubernamental como la ONU. La capacidad que ha tenido la Unión Europea de constituirse en un verdadero referente para los ciudadanos del continente, es la que permite que su situación sea distinta a la de una gran ONG, ya que ha logrado que los países miembros cedan parte de su soberanía a favor de ella.

Los partidos socialistas, en comparación con los partidos de derecha, definitivamente pudieron entender y asimilar de mejor manera esta situación, ya que estos últimos se encontraron divididos en cuanto a su disposición a la integración. De esta forma, los partidos socialistas fueron capaces de interpretar el camino que debía seguir la Unión. De hecho, la idea de formar un gran partido europeo es de antigua data para los partidos socialistas, que ya lo habían esbozado a partir de fines de los sesenta, con las propuestas tanto del Partij van de Arbeid (PvdA) como la de los comisionados Sicco Mansholt y Lionello Levi-Sandri[8].

La preocupación de los partidos socialistas por profundizar la integración del continente europeo los convierte en líderes de este proceso mediante el cual comienza con la democratización de las instituciones europeas y con la implementación de la EMU (Unión Económica y Monetaria). De esta forma se consolidan como los grandes propulsores de la Unión Europea y ganan los gobiernos de sus respectivos países, y es así como se suceden los triunfos en Inglaterra, Francia, Italia y Alemania.

La estructura que le dan los partidos socialistas a su coordinación a nivel europeo evoluciona paralelamente con el nivel de evolución de la Unión, es decir, a medida que la Unión va profundizando su integración, los partidos socialistas también lo van haciendo.

De esta manera, a partir de los nuevos tiempos que va viviendo la unificación de Europa, lo partidos socialistas van profundizando también su nivel de integración y se van acercando más a la idea de un partido de nivel europeo que sea capaz de canalizar las inquietudes de todos los partidos miembros de manera de que estos mantengan sus identidades propias, y que a la vez sean capaces de actuar como un cuerpo único a través de PSE. Esta idea es similar a la que se espera de la Unión Europea en su conjunto: que cada país miembro sea capaz de mantener su identidad propia, pero que al mismo tiempo sea capaz de actuar en conjunto hacia el exterior a través de las instituciones europeas.

Sin embargo, desde fines de los noventa esta situación a cambiado, ya que la derecha logró unificarse en el Partido Popular Europeo y de esta forma actuar de acuerdo con lo que les exigían los nuevos tiempos que se viven en Europa[9]. Esto, sumado a un giro en las preocupaciones de los ciudadanos europeos hacia temas mucho más favorables a la derecha como son la inmigración y la seguridad[10] (sobre todo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001), le han permitido posicionarse y liderar la Europa de comienzos del siglo XXI, donde lograron transformarse en mayoría en el Parlamento Europeo y gobernar en España, Francia, Italia y Austria, entre otros países.

4.-Conclusión

A partir de lo desarrollado a lo largo del trabajo presente, se ha podido apreciar cómo los partidos socialistas lograron captar de mejor forma que ningún otro sector político el camino que debía seguir la UE, lo que les permitió liderar este proceso de integración europea, siendo pioneros en términos de integración política con el proceso que lleva a la creación del PSE.

Sin embargo, y como se dijo anteriormente, la derecha europea ya logró equiparar los avances logrados por los partidos socialistas y en este momento se encuentra liderando los gobiernos en gran parte de los países europeos, además de contar con mayoría dentro del Parlamento Europeo. Estos han aprovechado claramente el momento favorable que han tenido debido a que las preocupaciones de los ciudadanos europeos han cambiado producto del contexto histórico en el que se encuentra el mundo.

Es por esto que se hace indispensable que los partidos progresistas europeos, representados en el PSE, retomen la senda de la innovación política en torno a los temas de integración europea. De esta forma recuperarían el liderazgo en este proceso, lo que a la luz de los hechos, se transformaría en un reimpulso para este.

Debido al sentido dinámico que tiene el progresismo en su esencia, el proceso de integración europeo le es particularmente cercano, por lo que la innovación en este sentido debiese suponer que el PSE apostará por profundizarlo y por liderar la ampliación de la Unión hacia los países del Este europeo, para lo cual ya se encuentra trabajando con la creación de grupos de estudio al respecto, y así poder integrar los partidos políticos afines de esta región. Esto debe ir acompañado también de un fuerte compromiso con la implementación de la PESC (Política Exterior y de Seguridad Común) y con otras iniciativas que promuevan la profundización del proceso de integración europea, que impliquen nuevas concesiones de soberanía nacional a favor de otorgarle mayor peso político a la Unión Europea.

Es por esto que el PSE debe proporcionar el liderazgo necesario para avanzar en este proceso. Pero no se está hablando de un liderazgo cerrado, sino de uno que sea capaz de ser inclusivo con el centro europeo y sobre todo con los ciudadanos, con el fin de conformar una posición mayoritaria que sustente la profundización del proceso de integración.



[1] Simon Hix es el único que ha investigado en torno al tema y a partir de su lectura se pueden extraer datos que de otra forma no tendríamos. Es por esto que los datos que aquí entrego estan basado solo en su texto, y los incluyo ya que considero importante que el lector conozca el contexto en que se forma el PSE.

-Hix, Simon; “A History of the PES: 1957-1994” Editado por Peter Brown-Pappamikail

en http://www.pes.org/upload/publications/37EN19_en.pdf (en línea)

[2] Lesse, Urs: “1994-2002”, en “Shaping a Vision: a History of the Party of European Socialists (1957-2002)”, Simon Hix – Urs Lesse, Party of European Socialists, Bruselas, 2002.

[3] Ibid.

[4] Colomer, Josep; “The European Union: federalism in the making”, en “Political Institutions in Europe”, Editorial Routledge, Londres, 2002

[5] Esta importancia es considerada como tal, por el autor de la presente monografía, la que será argumentada en lo que queda del trabajo.

[6] Op.cit.

[7] Ibid.

[8] Hix, Simon; “A History of the PES: 1957-1994” Editado por Peter Brown-Pappamikail

en http://www.pes.org/upload/publications/37EN19_en.pdf (en línea)

[9] Liepins, Kathrine; “La nueva fuerza de la derecha europea”, publicado en Que Pasa (www.quepasa.cl), 15 de marzo de 2002

[10] Lesse, Urs: “1994-2002”, en “Shaping a Vision: a History of the Party of European Socialists (1957-2002)”, Simon Hix – Urs Lesse, Party of European Socialists, Bruselas, 2002.

Democratización del Consejo de Seguridad


Esta es una investigación realizada para el curso Introducción a las Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el año 2002

Introducción

El Consejo de Seguridad es el órgano de las Naciones Unidas cuya responsabilidad primordial es el mantenimiento de la paz y la seguridad. Conforme a la "Carta de las Naciones Unidas", los Estados Miembros están obligados a aceptar y cumplir las decisiones del Consejo, mientras que los otros órganos sólo pueden hacer recomendaciones. El Consejo de Seguridad está compuesto por 15 miembros, de los cuales 5 son permanentes y 10 son elegidos por la Asamblea General por un período de 2 años.[1]

De acuerdo con el Capítulo VII de la carta de Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad de la ONU determinará la existencia de toda amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión y hará recomendaciones o decidirá que medidas serán tomadas para mantener la paz y la seguridad internacionales.

La actual conformación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es una consecuencia de la Conferencia de Yalta, en 1945, en la cual Estados Unidos propone otorgar un status distinto a los cinco países vencedores en la Segunda Guerra Mundial a través del establecimiento de éstos como miembros permanentes y con la posibilidad de impedir acciones del Consejo por medio de la regla de unanimidad de las grandes potencias.[2]

Los miembros permanentes del Consejo de seguridad son China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la Federación Rusa (que reemplazó a la antigua Unión Soviética). Si alguno de estos países vota contra una propuesta, la misma queda rechazada, incluso aunque el resto de 14 miembros haya votado a favor, lo que para los miembros permanentes es necesario ya que el Consejo tiene la responsabilidad de mantener la Paz y la Seguridad Mundial y no puede actuar respaldando decisiones que no cuentan con su soporte.[3]Respecto de cuántas veces de ha utilizado el veto no hemos encontrado estadísticas, sin embargo sabemos que todos los miembros permanentes lo han utilizado alguna vez.

Sin embargo, se incurre en el error de que la Paz Mundial se aseguraría con la cooperación de unos pocos países y no del deseo de colaboración de la mayoría de los miembros del Consejo. Además en la actual conformación del Consejo no se ha tomado en cuenta tres factores fundamentales: el aumento de los miembros de Naciones Unidas de 51 a 191, el nacimiento de nuevos conflictos con el fin de la Guerra Fría y el papel cada vez más preponderante de Japón y Alemania.[4]

Es así que en el transcurso de nuestro trabajo intentaremos demostrar la necesidad de incorporar reformas a las estructuras de funcionamiento del Consejo de Seguridad, con el fin de democratizar este órgano y hacerlo así más acorde con las necesidades de nuestro tiempo, así como de terminar con el derecho a veto de las grandes potencias que genera que los asuntos que debe tratar el Consejo de Seguridad no sean resueltos en él, sino que a través de consultas informales entre los miembros permanentes a espaldas de los demás países participantes.

Objetivo General

El objetivo general de este proyecto es, como ya se enunció en la formulación del proyecto, demostrar la necesidad de incorporar reformas a la estructura del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para así resolver el problema de adecuación al nuevo contexto mundial a partir del fin de la Guerra Fría y de los atentados del 11 de Septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

Objetivos Específicos

  • Explicar el funcionamiento del Consejo de Seguridad y sus mecanismos de acción.

  • Analizar la nueva situación mundial a partir del fin de la Guerra Fría.

· Demostrar la necesidad de que el Consejo de Seguridad sea reformado y adecuado a la nueva realidad mundial.

Hipótesis

“A partir del nuevo orden mundial surgido del término de la Guerra Fría se hace necesario una reforma del máximo organismo tendiente a la conservación de la Paz y la Seguridad internacional como lo es el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, reforma que debe propender a democratizar y hacer más participativa esta instancia”.

Propuestas de Reforma

Existen ya varias propuestas para reformar el Consejo de Seguridad, las que aquí comenzamos a señalar de forma más o menos general:[5]

1) Propuesta de Ingvar Carlsson: La propuesta de este ex-primer ministro de Suecia está basada en la necesidad de hacer una reforma debido a la falta de transparencia en los procedimientos del Consejo, y a la tendencia de los miembros permanentes de zanjar las discusiones en los pasillos. Es por esto que, para él, es necesario que la reforma contenga dos puntos fundamentales: un cambio en la estructura y dejar de lado el veto. Para lo primero propone que los miembros permanentes se aumenten a 10, no teniendo los nuevos 5 países poder de veto. De éstos nuevos miembros 2 serán escogidos de entre los países más industrializados y los otros 3 deberían venir de países en vías de desarrollo (1 de Asia, 1 de África y 1 de Latinoamérica). Además propone el aumento de los miembros no permanentes de 10 a 13, dejando un consejo de 23 miembros, con lo que las propuestas, para ser aprobadas, deberán contar con 14 votos. Con respecto al veto, propone una abolición gradual en que los primeros 5 años los países se comprometerán a utilizarlo lo menos posible para luego venir una etapa de 10 años en que no se podrá utilizar a menos que sea en caso de riego de su seguridad propia.

2) Propuesta de Alemania: Esta propuesta se basa en dos principios: la representación equitativa y el aumento de los miembros del consejo. Para lo primero se propone el aumento de los miembros no permanentes a 2 por región, con capacidad de reelección, siendo posible incluso que algunos países (por su capacidad y voluntad de contribuir a la Paz y la Seguridad) pudiesen participar de forma continuada. Asimismo también expresa que, siendo Alemania y Japón junto con Estados Unidos los 3 Estados que aportan casi el 50% de la totalidad de los gastos de Naciones Unidas y que han asumido más responsabilidades en las acciones del Consejo de Seguridad, ellos debería estar representados como miembros permanentes. Esto llevaría a que existieran 8 nuevos miembros, lo que obligaría a crear un nuevo sistema de votación para que los países en desarrollo no se vieran excluidos de la toma de decisiones. Esta propuesta lleva explícito el que deba ser revisada cada diez años, lo que facilitaría su reforma de ser necesaria.

3) Propuesta del Movimiento de Países No Alineados: Se basa en dos principios: la distribución geográfica equitativa y la igualdad soberana de los Estados. Para ellos los países no alineados y en vías de desarrollo se encuentran sumamente infrarepresentados en el Consejo. Señalan a la vez que si no hay consenso sobre otras categorías, la ampliación de los miembros del consejo debería basarse por ahora en los miembros no permanentes y debiese ser por lo menos aumentada en 11 que detalladamente serían: Europa Oriental, Occidental y otros Estados quedarán en 7, el Grupo Africano también en 7 y el Grupo de Latinoamérica y El Caribe en 5, con lo que el consejo quedará de 24 miembros, con posibilidad de reelección.

4) Propuesta Italiana: Italia considera necesario aumentar el número de miembros del Consejo de Seguridad debido al crecimiento de miembros de Naciones Unidas desde su nacimiento, para lo cual considera conveniente aumentar el número de miembros no permanentes, ya que de aumentar los permanentes se pueden generar inconvenientes en cuanto a su representatividad y en cuanto a los países con derecho a veto. La propuesta de Italia es que existan tres categorías de miembros: 5 permanentes originales, 10 no permanentes sometidos a rotación ordinaria y 10 no permanentes sometidos a frecuente rotación (compartidos por 3 Estados que representarían a su región para lo cual cada 4 años uno de ellos sería miembro del consejo por 2 años). Para esto las decisiones deberían tomarse por una mayoría de 15 miembros. En cuanto al veto Italia señala que es una institución anacrónica, pero como los miembros permanentes no van a estar dispuestos a suprimirlo lo más factible sería restringir al máximo su uso.

5) Propuesta Razali: Debido al poco avance de una comisión formada en 1993 para reformar el Consejo de Seguridad, el presidente de la Asamblea General de marzo de 1997 Ismail Razali presentó un proyecto de reforma en el que propone que el consejo aumente de 15 a 24 miembros, lo que comprende el aumento de los miembros permanentes de 5 a 10 (2 miembros de los países industrializados y 3 miembros de Estados en desarrollo, uno de África, uno de Asia y uno de América Latina), y de los miembros no permanentes en 4 (1 de África, 1 de Asia, 1 de Europa Oriental y 1 de América Latina y el Caribe), siendo las respectivas regiones las que elegirían alos miembros permanentes, y de no llegar acuerdo, la Asamblea con mayoría de dos tercios; si las regiones deciden rotarse el asiento permanente este perdería esa condición. En relación con el veto esta propuesta propone exhortar a los miembros permanentes a no usarlo más que en las situaciones de uso de fuerza por parte del consejo, además de no otorgarles ese poder a los nuevos miembros permanentes.

6) Propuesta de Chile: Dada a conocer en 1995 por el entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, José Miguel Insulza, propone la ampliación del Consejo a un número no mayor de 25 países, en cuanto al derecho a veto, propone reglamentarlo con el fin de hacerlo más democrático, dejando fuera de esto a nuevos miembros permanentes que propone (Alemania y Japón) y a los representantes regionales que serían electos por períodos más prolongados que los no permanentes. A pesar de haber generado esta propuesta propia, luego Chile tomara una postura más cercana a la propuesta Razali.

De acuerdo a lo revisado en el trabajo de Ricardo Warnier, no existe un acuerdo respecto de la ampliación de los miembros permanentes ya que existe desconfianza de algunos países en torno a los nuevos miembros (por ejemplo Argentina con Brasil o Pakistán con India).[6]Tampoco hay acuerdo en los no permanentes ya que Estados Unidos es partidario de sólo 1 miembro nuevo, Razali de 4 y los países no alineados de 9.

Discusión Bibliográfica

Como ya fue expresado en el planteamiento de la formulación del proyecto, en el nuevo contexto mundial la actual estructura del Consejo de Seguridad no es representativa ni democrática. Pero no para todos esto es malo, sino que como lo expresa Montaño “si la paz mundial debe preservarse, señalaban los miembros permanentes, es indispensable que los responsables de su ejecución trabajen en armonía”[7], es decir para ellos es necesario mantener el status quo.

En la actualidad existe una unipolaridad por parte de Estados Unidos y por tanto existe una incapacidad de controlar la actuación de este país ya que no existe otra fuerza militar capaz de hacerle frente, sino que solo un poder formal equiparable de otros cuatro países en cuanto a un veto en el Consejo de Seguridad, lo que hace que este país sea capaz de burlar al Consejo. Esto queda claro en cuanto revisamos la actuación de este país en su ataque a Belgrado (en conjunto con la OTAN) o el reciente ataque a Irak en los que no esperó resoluciones del Consejo.

Sin embargo existen quienes creen que esta situación no se remedia con un cambio en la estructura del Consejo de Seguridad “sino de la evolución de la estructura del poder mundial”[8], ya que China no dejará jamás que se le otorgue derecho a veto a Japón y por tanto no podrán ingresar a ese grupo ni Alemania ni Brasil, por lo que solo los autorizarían como miembros no permanentes, los cuales no tiene sentido ampliar pues en la práctica son irrelevantes.

A pesar de lo anterior, casi toda la comunidad internacional está de acuerdo con la necesidad de realizar una reforma. El único problema es que en ese momento esto se transforma en un problema político y cada Estado miembro trata de apoyar la propuesta más cercana a sus intereses, por lo que surge la pregunta de cual es la propuesta que es capaz de lograr el mayor consenso y la aprobación de los países que actualmente tienen derecho veto. Es así como se han presentado distintas propuestas de modificación al Consejo, entre las cuales se cuentan el proyecto de Ingvar Carlsson, la de Alemania, la del movimiento de países no alineados, la de Italia y la Razali. Sea cual sea la respuesta a esta interrogante, es necesario y urgente una mejor representación de los países miembros de Naciones Unidas, así como una revisión de las distintas calidades de los miembros del Consejo, del uso del veto y a las formas de funcionamiento de éste.[9]

Resultados

Con el correr de la investigación nos pudimos dar cuenta de que, al haberse planteado varias posibilidades de reformas, existe interés internacional por buscar soluciones a los problemas que se desprenden de la actual estructura y forma de votación del Consejo de Seguridad, en busca de que éste funcione con transparencia y eficiencia. Sin embargo las soluciones que se han planteado no cuentan con la aprobación de todos los países involucrados, ya que cada uno de ellos vela por sus propios intereses nacionales, su fuerza y los que creen que son sus derechos.

A partir de esto es que surge la propuesta de Ismail Razali, la cual busca la ampliación de los miembros del consejo en cinco permanentes y cuatro no permanentes, propuesta que fue apoyada por la administración de Bill Clinton y que por lo mismo fue discutida por la Asamblea. De esta propuesta podemos afirmar que da cuenta del problema y busca soluciones al mismo, sin embargo éstas aún no son de aprobación por todas las partes.

Fundamentalmente el problema es la reticencia de algunos países a que por sus regiones entren otros países en el que ellos creen es su lugar. Es así como advertimos en el caso del posible ingreso de Alemania y la oposición a esto por parte de Italia, o el mismo caso entre Brasil y Argentina o caso de India y Pakistán. Esto implica reconocer que hay países líderes en las respectivas Regiones, lo que perjudica los intereses nacionales de los países con pesos similares en la Región. Además los Estados Unidos dieron solo un paso en cuanto a la ampliación, sin embargo aún no han aceptado que éstos países tengan las mismas prerrogativas que los actuales miembros permanentes en lo que se refiere al veto, ya que por ejemplo la India (que podría ingresar) ha sido históricamente crítica de las decisiones de Estados Unidos, lo que podría provocar el entrampamiento de las iniciativas de la superpotencia.

A pesar de todo lo anterior, la propuesta Razali es un paso muy importante en el proceso de reforma al Consejo de Seguridad, ya que por primera vez Estados Unidos da un paso a favor de una reforma de este desde la última reforma en 1963. Esta reforma se hace indispensable en cuanto es necesaria para que posibilite una mejor representación de los países miembros de Naciones Unidas y de esta forma evitar el desgaste de su estructura que no ha sido capaz de evitar los conflictos que han ocurrido desde el fin de la Guerra Fría

Es por ello que el autor de esta investigación adhiere en lo fundamental a la propuesta realizada por el Presidente de la Asamblea de 1997, considerando que lo avanzado por esta propuesta no lo ha logrado hasta el momento ninguna otra, y los puntos conflictivos de esta moción pueden ser aplicados de forma gradual en la medida que exista un consenso en torno, por ejemplo, a una rotación de los miembros permanentes provenientes como representantes de una Región. Además se puede aprobar que, también de forma gradual, se vaya limitando el uso del derecho a veto, tendiendo hacia u eliminación.

Metodología

En la presente investigación utilizamos la técnica documental, por lo que fueron utilizadas principalmente fuentes primarias, como documentos oficiales de la Organización de Naciones Unidas; secundarias, ya sean libros, tanto de texto como especializados, así como también se consultaron revistas y publicaciones de Internet. Todas las fuentes utilizadas están mencionadas en la bibliografía de la Investigación.

Conclusión

Después de 10 años de discusión, la mayoría de los argumentos ya han sido expuestos. El órgano encargado de tratar el tema, el “open-ended working group” (conocido también por el “never-ending working group) debe avanzar en torno a consensos, por lo que los avances son mínimos, pero es importante que por lo menos ya existan estos consensos. Esto reafirma la hipótesis planteada al inicio de esta investigación en torno a que la nueva situación mundial hace necesaria una reforma en el Consejo de Seguridad, para lo cual es necesaria una democratización en el sentido de hacer más participativas las decisiones de este organismo y así tener mayor legitimidad ante la comunidad internacional, para así evitar que se produzcan situaciones como la del último ataque a Irak por parte de Estados Unidos, en la que esto nunca ingresó a aprobación porque este país puede darse el lujo de actuar sin consultar, ya que se vería trabado por el veto de otra (u otras) naciones.

La reforma del Consejo de Seguridad es un tema álgido y no se resolverá dentro de poco, ya que divide a las personas y a las regiones. Pero no hay dudas de que el Consejo de Seguridad debe ser reformado. Todo el mundo está de acuerdo en esto, lo que es un avance en sí. Para que la reforma del Consejo cumpla su objetivo el Consejo requiere mantener su eficacia. Cualquier solución tendrá que enfrentar el tema de la eficacia, de la representatividad y de la democracia para generar legitimidad.



[1] Naciones Unidas, Centro de Información para México, Cuba y República Dominicana en www.cinu.org.mx (http://www.cinu.org.mx/onu/estructura/cs.htm)

[2] Warnier, Ricardo: “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: la necesidad de una reforma”, Tesis PUC, Santiago, 1998.

[3] Montaño, Jorge: “Las Naciones Unidas y el Orden Mundial:1945-1992”, Fondo de Cultura Económica, México, 1992.

[4] Naciones Unidas, Centro de Información para México, Cuba y República Dominicana en www.cinu.org.mx (http://www.cinu.org.mx/onu/reforma.htm)

[5] Propuestas tomadas de Warnier, Ricardo: “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: la necesidad de una reforma”, Tesis PUC, Santiago, 1998. Págs. 27-49

[6] Warnier, Ricardo: “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: la necesidad de una reforma”, Tesis PUC, Santiago, 1998. Pág. 45

[7] Montaño, Jorge: “Las Naciones Unidas y el Orden Mundial:1945-1992”, Fondo de Cultura Económica, México, 1992

[8] De Rivero, Oswaldo: “Realpolitik y Crisis del Sistema de Seguridad” en Centro de Estudio y Promoción del desarrollo www.desco.org.pe (http://www.desco.org.pe/qh/qh141or.htm)

[9] Warnier, Ricardo: “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: la necesidad de una reforma”, Tesis PUC, Santiago, 1998.

Ensayo realizado para el curso de Economía Política en la Pontificia Universidad Católica de Chile el año 2003

Introducción

La Economía política de nuestro país durante el período comprendido entre los años 1973 y 1990 está marcada por la dictadura militar encabezada por Augusto Pinochet, que establece una intervención del modelo económico que estaba aplicando Chile, basado hasta entonces en las premisas entregadas por CEPAL que establecían un modelo keynesiano con un fuerte gasto social por parte del estado en busca del empleo total.

El nuevo modelo que se establecerá en Chile es importado desde la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago, la que establece un convenio con la Pontificia Universidad Católica de Chile para capacitar a docentes de ésta casa de estudios en las nuevas teorías económicas que se están aplicando desde esta escuela, inspiradas en el pensamiento clásico liberal de Adam Smith pero perfeccionadas por el economista estadounidense Milton Friedman, el cual básicamente postula la reducción del rol del Estado y el dejar actuar la las fuerzas del mercado, ya que al producir los privados ganancias, por un efecto llamado “chorreo”, éstas irán “bajando” hasta los más pobres.

En el siguiente ensayo se presentarán los puntos que consideramos más importantes respecto del modelo que se implanta en Chile a partir de la dictadura y que básicamente transforma la economía chilena de forma radical, proceso que ocurre antes de las reformas que aplicarán tanto Ronald Reagan ( en Estados Unidos) como Margareth Thatcher (en el Reino Unido) en este mismo sentido. La importancia de este proceso está dada por el liderazgo económico que alcanza Chile en la región a través de este modelo, que después del fin de la dictadura es mantenido por la coalición gobernante que anteriormente fue su principal crítica, en términos de las desigualdades que este modelo provoca.

El Modelo de la CEPAL

Durante años en Chile, y en general en América Latina, se aplicó un modelo económico desarrollado por la CEPAL que postulaba tres premisas básicas: 1) para que un país pueda desarrollarse debe poseer una economía predominantemente industrial, 2) el comercio internacional favorece a los exportadores de bienes manufacturados y 3) el Estado debe ser el promotor último del desarrollo[1]. Es entonces claro que para países latinoamericanos que no contaban con una industria muy desarrollada era necesario para poder desarrollarse el que se redujera el comercio internacional con otros países y se desarrollara la Industrialización por Sustitución de Importaciones (ISI) en base al crecimiento de la industria nacional, el llamado crecimiento hacia adentro.

Este modelo estaba basado en lo que Sabino denomina social-keynesianismo, ya que se basaba en la teoría keynesiana en lo referente a la existencia de déficits fiscales, pero en la versión latinoamericana estos eran necesarios en cualquier escenario, a diferencia de lo expresado por Keynes, quien sólo los justificaba en casos de etapas recesivas[2]. Se trata, entonces, no de una política keynesiana en el sentido estricto del término, sino de una forma de utilizar los recursos fiscales como una forma reincidir en lo social. A esto debe sumarse una creciente intervención en el mercado de divisas a través del control del tipo de cambio, el desincentivo de las inversiones extranjera, la intervención del sector financiero, la aplicación de barreras al comercio exterior y la creación de empresas públicas y el control indirecto de algunos mercados considerados estratégicamente elegidos[3].

La razón de estas medidas era la intención de intervenir en lo social marcada por la redistribución de la riqueza a través del control de precios, los subsidios indirectos, la expansión del sistema educativo y del sistema de salud públicos, la creación de un sistema de pensiones universal y el establecimiento de leyes obreras tendientes a la protección de éstos.

Es así que la versión latinoamericana del Estado de Bienestar se desarrolla en una economía fuertemente regulada e intervenida por el Estado, en la cual éste abarcó prácticamente todos los sectores de la economía. El principal promotor de este sistema era Raúl Prebisch, entonces director de la CEPAL.

La respuesta al modelo de CEPAL

Es a partir de mediados de los ’50 que la Escuela de Economía de la Universidad de Chicago se propone enfrentar las políticas que fomenta la CEPAL desde Chile, precisamente estableciendo un convenio con una Universidad chilena para enfrentar en su mismo terreno a la CEPAL. Para profesores como Aaron Director y Theodore Schultz, los resultados de la política económica de la CEPAL estaban a la vista: “inflación crónica, bajo ritmo de crecimiento y monoexportación”[4]. Es así como los alumnos de la Universidad Católica comienzan a familiarizarse con “la teoría monetaria de Milton Friedman (que conlleva un diagnóstico y cura efectivo contra la inflación), el enfoque de la pobreza vía capital humano de Theodore Schultz, los análisis de los grupos de presión de George Stigler y la teoría de evaluación de proyectos de Arnold Harberger”[5].

Como dice Edwards Las políticas de mercado libre que implantó el régimen militar a partir de 1973 se pueden ver como una reacción a la larga tradición de intervencionismo y controles gubernamentales que caracterizaron a la economía chilena desde los años cuarenta”[6]. Esta afirmación confirma que los economistas de Chicago, conocidos como los “Chicago Boys”, de los que Edwards forma parte, consideran responsable al modelo de la CEPAL de la crisis económica en la que estaba sumido Chile. Es así que estos economistas formados en Chicago participan de la Democracia Cristiana, en la que no tienen mucha cabida debido a la tendencia hacia el comunitarismo que tiene este partido durante los ’60, y de la candidatura del ex presidente Jorge Alessandri, que finalmente fue derrotado por Salvador Allende, pero donde tampoco eran muy valorados debido a que este era representante de una derecha más bien tradicional que no estaba familiarizada con las ideas Neo-liberales. Es por esto que con el golpe militar ven la oportunidad de implantar sus reformas sin las trabas políticas que les supondría esto en un sistema democrático. Como lo afirma Fontaine “La pregunta que cabría plantearse es si ese duro programa de estabilización hubiera sido posible bajo un régimen democrático”[7] . Esta situación llama especialmente la atención debido a la importancia que el mentor de los Chicago Boys, Milton Friedman, considera que “la libertad económica es una condición necesaria de la libertad política”.[8]

Las reformas propuestas estaban explicitadas en un texto publicado por el Centro de Estudios Socio-Económicos (CESEC), think tank de los “Chicago Boys”, llamado “El Ladrillo”, el que proponía un fuerte shock monetario fiscal, tendiente a devolver la viabilidad de la balanza de pagos y a bajar la inflación[9]. Cabe decir, sin embargo, que este programa no fue inmediatamente aceptado por los militares, sino que pudo recién ser implementado cuando en 1975 se nombra a Jorge Cauas como Ministro de Hacienda y de Sergio de Castro como Ministro de Economía, apoyados por los jóvenes economistas provenientes de Chicago y de otros como Hernán Büchi, que no eran de Chicago ni de la Universidad Católica, pero que simpatizaban con el modelo neo-liberal que se quería implantar.

Las reformas neo-liberales abarcaron cinco áreas principalmente, según Fontaine: 1) Redefinición del papel del Estado eliminando los déficit fiscales crónicos, reduciendo el gasto fiscal y los impuestos, liberalizando los mercados y privatizó la mayor parte de las empresas estatales y parte del sistema educacional y de salud, Para Carlos Huneeus “el modelo neoliberal promovió la concentración económica bajo el convencimiento de que la apertura de la economía requería de actores poderosos que pudieran competir en el mercado internacional y miraron con buenos ojos la formación de unos pocos grupos económicos”[10] ; 2) Apertura de la economía eliminando las barreras no arancelarias a las importaciones y la sustitución de las estructuras arancelarias, la reducción de los controles cambiarios y la abolición de todas las restricciones a las importaciones; 3) Creación de un mercado de capitales libre a través de la liberalización de la tasa de interés y el establecimiento de un Banco Central independiente; 4) Flexibilización del mercado laboral quitando poder a los sindicatos, eliminando las restricciones a los despidos y la eliminación de la intervención estatal en los reajustes salariales privados; y 5) Creación de una red social que protegiera a los más pobres de las penurias del cambio del sistema, con programas diversificados[11].

Problemas con el modelo

A pesar del aparente éxito que tiene la implementación de este modelo neo-liberal, éste vive una gran crisis a fines de 1981, cuando la inversión extranjera deja de venir hacia Chile, se disparan las tasas de interés y estalla una gran crisis financiera, provocando esto una de las más grandes recesiones que ha vivido nuestro país[12]. Esto parecía ser el fin del modelo, aunque no fue así, en gran parte debido a que el costo fue absorbido por los más pobres.

Esto se produjo en gran parte debido a una serie de errores macroeconómicos, en particular la mantención artificial del precio del dólar en un valor bajo[13], sumado a la recesión internacional, particularmente fuerte en América Latina, lo que llevó a una serie de quiebras y al endeudamiento de los bancos particulares nacionales. “El tan vilipendiado Estado tuvo que socorrer con más de mil millones de dólares al aparato financiero en quiebra”[14]. Se le pide la renuncia a de Castro, pero se toma una medida que agravó más la crisis: se decide el alza del dólar, lo que provoca la quiebra de muchas personas de clase media que se endeudaron en esa divisa creyendo en las promesas del gobierno. Entre abril de 1982 y febrero de 1983 hubo cuatro Ministros de Hacienda.

El descabezamiento sindical y político que produjo la dictadura militar, además de la firmeza de los aparatos de represión y el control de la prensa permitieron que el régimen se mantuviera en el poder, y la tozudez de Pinochet en mantener el sistema económico logró la supervivencia del experimento de los Chicago Boys[15]. Esto a largo plazo le pasó la cuenta a la dictadura en el plebiscito de 1988, pero en su momento logró sostener al modelo que se recuperó pronto de esta crisis, algo que los Chicago Boys atribuyeron a la naturaleza misma del modelo[16].

Conclusión

A partir de lo revisado en los textos mencionados en la bibliografía y de lo expuesto por el profesor en las clases de nuestro curso, se puede observar que el modelo económico de la dictadura militar en Chile se gesta como una contradicción al desarrollado por la CEPAL. Este nuevo modelo se instaura a partir de la Universidad Católica (particularmente de su Escuela de Economía) y de la influencia que adquieren los Chicago Boys en El Mercurio, lo que hace que sus impulsores sean considerados válidos por parte de los militares.

Este nuevo modelo sería como una repetición de la formación del pensamiento liberal clásico de Adam Smith, quién crea esta teoría a partir de un rechazo al mercantilismo y a la intervención de los gobiernos en la política económica de los países. Podemos ver cierta similitud en los argumentos de Friedman, quien considera que el modelo de intervención estatal es negativo y mercantilista, además de también haber aventurado en la filosofía política, tal como lo hizo Smith en su momento. El nuevo modelo liberal no es más que la repetición de las políticas clásicas, pero esta vez aún más extremas, ya que se implementa de manera absolutamente contradictoria con los principios expresados por Friedman, ya que en este experimento se deja de lado la libertad individual y se aplican reformas de alto costo social que no son respaldadas por los ciudadanos, sino que impuestas a través de una dictadura represiva, lo que Fontaine Talavera llama el “pecado original” de la transformación capitalista en Chile.

Esta situación es la que, a nuestro juicio hace que se pierda fácilmente el apoyo a este modelo debido a la contradicción que genera entre los ciudadanos el que se apele a la libertad y se instaure un modelo mediante medidas represivas. Esto es lo que causará la caída del régimen de Pinochet unos años después, ya que al consultar a los ciudadanos sobre sus motivos para votar No, un 73% respondió que lo hizo debido a que no le gustaba el modelo económico implementado por la dictadura.

Con la llegada de la democracia se pretende crear un híbrido entre los modelos de la CEPAL y el de los Chicago Boys, algo llamado “Economía Social de Mercado”, algo que en el fondo es la continuidad del modelo de la Escuela norteamericana, tratando de ser “maquillado” por los gobiernos de la Concertación, pero que no ha mejorado las condiciones de equidad dentro de la sociedad chilena.

Bibliografía

  • BEYER, Harald, “Selección de Escritos Políticos y Económicos de Milton Friedman”, Revista Estudios Públicos N°60, Centro de Estudios Públicos
  • CENTRO DE ESTUDIOS PÚBLICOS: “El Ladrillo”, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1992
  • EDWARDS, Sebastián: “Estabilización con liberalización: Diez años de experimento chileno con políticas de mercado libre 1973-1983”, Revista Estudios Públicos N°14, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1984
  • EDWARDS, Sebastián - COX, Alejandra: “Monetarismo y liberalización: El experimento chileno”, Fondo de Cultura Económica, México, 1992
  • FONTAINE, Juan Andrés: “Transición Económica y Política en Chile 1970-1990”, Revista Estudios Públicos N°50, Centro de Estudios Públicos, 1991
  • FONTAINE TALAVERA, Arturo: “Sobre el pecado original de la transformación capitalista chilena”, en “El desafío neoliberal: El fin del tercermundismo en América Latina”, Norma, Bogotá, 1992.
  • GAZMURI, Cristián: “La persistencia de la memoria (Reflexiones de un civil sobre la dictadura)”, RIL editores, Santiago, 2000.
  • HUNEEUS, Carlos: “Los cambios institucionales al sistema económico durante la transición a la democracia en Chile: Del Neoliberalismo a la Economía Social de Mercado”, Revista de Ciencia Política, Volumen XX, n°2, Santiago, 2000.
  • KEYNES, John Maynard: “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”, Fondo de Cultura Económica, México, 1980
  • SABINO, Carlos: “El fracaso del intervencionismo: Apertura y Libre Mercado en América Latina”, Panapo, Caracas, 1999

[1] SABINO, Carlos: “El fracaso del intervencionismo: Apertura y Libre Mercado en América Latina”, Panapo, Caracas, 1999

[2] KEYNES, John Maynard: “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”, Fondo de Cultura Económica, México, 1980

[3] Op. Cit.

[4] FONTAINE TALAVERA, Arturo: “Sobre el pecado original de la transformación capitalista chilena”, en “El desafío neoliberal: El fin del tercermundismo en América Latina”, Norma, Bogotá, 1992.

[5] Ibíd.

[6] EDWARDS, Sebastián: “Estabilización con liberalización: Diez años de experimento chileno con políticas de mercado libre 1973-1983”, Revista Estudios Públicos N°14, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1984

[7] FONTAINE, Juan Andrés: “Transición Económica y Política en Chile 1970-1990”, Revista Estudios Públicos N°50, Centro de Estudios Públicos, 1991

[8] BEYER, Harald, “Selección de Escritos Políticos y Económicos de Milton Friedman”, Revista Estudios Públicos N°60, Centro de Estudios Públicos

[9]CENTRO DE ESTUDIOS PÚBLICOS: “El Ladrillo”, Centro de Estudios Públicos, Santiago, 1992

[10] HUNEEUS, Carlos: “Los cambios institucionales al sistema económico durante la transición a la democracia en Chile: Del Neoliberalismo a la Economía Social de Mercado”, Revista de Ciencia Política Volumen XX n°2, Santiago, 2000.

[11] FONTAINE, Juan Andrés: “Transición Económica y Política en Chile 1970-1990”, Revista Estudios Públicos N°50, Centro de Estudios Públicos, 1991

[12] EDWARDS, Sebastián - COX, Alejandra: “Monetarismo y liberalización: El experimento chileno”, Fondo de Cultura Económica, México, 1992

[13] GAZMURI, Cristián: “La persistencia de la memoria (Reflexiones de un civil sobre la dictadura)”, RIl editores, Santiago, 2000.

[14] Ibíd.

[15] Ibíd.

[16] FONTAINE, Juan Andrés: “Transición Económica y Política en Chile 1970-1990”, Revista Estudios Públicos N°50, Centro de Estudios Públicos, 1991

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Felicitaciones y siga adelante, estimado.]]>

Las propuestas lanzadas ayer por Michelle Bachelet no hacen sino confirmar que he tomado una buena opción para el país que quiero construir. Me quiero detener fundamentalmente en las propuetas referidas a Educación.

El compromiso número 11 es "Consolidar los programas de becas universitarias en un sistema nacional de becas que contemple tanto beca de arancel como también beca de mantención y alimentación", es decir, se concretan acuerdos que adquirió este gobierno con la CONFECH en torno a complementar los créditos o becas para los 3 primeros quintiles con becas de mantención lo que tiende a hacer más fácil la vida para los estudiantes de menores ingresos y que puedan dedicarse a sus estudios.

También me parece interesante el número 12 de "Ofrecer a los estudiantes la oportunidad de pagar parcial o totalmente su crédito a través del servicio país en regiones", lo que claramente acoge una propuesta del mundo juvenil desde hace mucho tiempo y que veo muy relacionada con la número 34 de "Crear un programa de Servicio Ciudadano como alternativa al Servicio Militar Obligatorio", ya que ambas tienden a dar mayores oportunidades a los jóvenes para cumplir con sus compromisos con el país, otorgándoles de esa forma mayores libertades.

Asimismo considero importantisimo el compromiso número 28 de "Aplicar un programa para que los mil mejores egresados de cada año de las universidades cursen doctorados en las mejores universidades del mundo", ya que premia a los mejores rendimientos académicos con la oportunidad de perfeccionarse en el exterior y de esa forma traer nuevos conocimientos a nuestro país.

Es por esto que me siento orgulloso del programa de Michelle, ya que va en la linea de avanzar hacia el Chileque tanto queremos.
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Monografía hecha el año 2003 bajo la supervisión del Profesor Matías Tagle en la Pontificia Universidad Católica de Chile.

1.-Introducción

La construcción de la Unión Europea se ha dado junto con la creación de instituciones comunes en las cuales los Estados miembros han logrado consensos, los que han logrado mantener (y en algunos casos establecer) regímenes democráticos a lo largo del continente europeo. Desde la creación de la Unión Europea, con el tratado de Maastricht en 1992, la estructura de ésta se ha orientado a una relación más federal en las instituciones desarrolladas, lo cual redujo el campo en el que eran necesarias las decisiones unánimes y empezó a tomar importancia el rol del Parlamento Europeo, única institución europea elegida directamente, que logra compatibilizar el que los representantes de los Gobiernos compartan la toma de decisiones con los ciudadanos de la Unión Europea.

En el siguiente trabajo monográfico se pretende dar a conocer el proceso vivido en la formación del Partido Socialista Europeo, ya que se considera el mejor ejemplo de partido europeo, debido a que desde un principio los partidos socialdemócratas nacionales han buscado agruparse, siendo los primeros en lograrlo e incluyendo miembros de todos los países de la UE.

El proceso de formación de grandes partidos en el seno de la Unión Europea ha sido lento y ha pasado casi desapercibido, pero no empezó ayer. Como se expondrá en el siguiente trabajo, la formación del Partido Socialista Europeo fue un largo proceso con muchos altibajos, pero que llegó a término en 1992. Su creación se debe principalmente al déficit democrático que existía en la toma de decisiones de la UE.

A partir del gran pluralismo del continente europeo, los partidos políticos pudieron desempeñar un efectivo papel de forma de hacer viable la toma de decisiones en un marco institucional basado en reglas objetivas y en resultados electorales. Fue un proceso natural el que los partidos afines se agrupasen entre sí en lugar de que los representantes de cada país lo hicieran, ya que la importancia que toma el parlamento europeo es la de ser representativo de los ciudadanos de Europa como un conjunto, como una gran comunidad federal, y no de una forma en que cada país defienda sus intereses particulares, ya que si esto sucediese, la UE sería un mero organismo intergubernamental como la ONU y no la agrupación de todos los pueblos de Europa como siempre ha sido su objetivo.

Es interesante analizar, además, la capacidad de los partidos socialdemócratas de agruparse a pesar de sus diferencias ideológicas, en comparación con las dificultades que encontraron los partidos de derecha. En este punto se considera que son claves dos cosas: que el proyecto “europeísta” ha provocado más nacionalismos en la derecha que en la izquierda; y que los partidos socialdemócratas se encontraban agrupados en la Internacional Socialista.

2.-Contexto de la formación del PSE[1]

Es imprescindible el explicar los sucesos que se dan paralelamente a la formación de las comunidades europeas con respecto de los partidos socialistas para entender el proceso mediante el cual se va formando el contexto para la futura formación del Partido Socialista Europeo.

A raíz de la propuesta que desarrolla Schuman en 1950, en relación a la conformación de la CECA, la Internacional Socialista decide crear un grupo de estudios que desarrolle propuestas en torno al tema de la unidad europea, en el que participen delegados de los seis países que conformarían la asociación. Esta es la primera oportunidad en que colaboran los partidos socialistas europeos en torno al tema de la integración, cuestión que de ahí en adelante se dará frecuentemente.

Es así que en 1955, cuando se plantea la profundización de las relaciones de integración europea con la creación del EURATOM y de la Comunidad Económica Europea (CEE), los partidos socialistas deciden realizar el “Primer Congreso Inter-partidos”, en Luxemburgo, con el fin de analizar las ya mencionadas propuestas. En este congreso se decide crear una Agencia de Contacto que se dedique a canalizar las comunicaciones entre los distintos partidos con representación en la Asamblea Común. Dentro de las obligaciones de ésta, estaba la de realizar Congresos Bianuales y citar a reuniones cuando fuese necesario.

Con la aprobación del Tratado de Roma la Asamblea Común da paso a la Asamblea Parlamentaria Europea (EPA), la que abarcaría a las tres comunidades. Es por esto que se decide que los partidos socialistas conformen una sola bancada al igual que lo habían hecho en la Asamblea de la CECA. Luego, durante el tercer Congreso Bianual, se toman resoluciones en cuanto a los métodos de cooperación entre los partidos para lograr consensos en lo referido a los problemas ocasionados debido a la existencia de la Comunidades Europeas.

Después del 3er Congreso, la Agencia se dedica a realizar una serie de Seminarios a lo largo de Europa con el fin de establecer un Programa Socialista Europeo, que debía servir de guía a los miembros de la EPA y a los mismos partidos socialistas en cuanto a temas de integración europea. Mientras este proceso se desarrollaba, sucedieron dos grandes sucesos que hicieron que esto pasara a un último plano: la postulación a la membresía de Gran Bretaña, Irlanda, Dinamarca y Noruega; y la presentación del “Plan Fouchet”, en torno a la creación de una Política Exterior y de Defensa Comunes.

Estos dos acontecimientos fueron celebrados por los partidos socialistas durante el 5º Congreso, en el que se decide apoyar el “Plan Fouchet” y que los países postulantes deben ingresar en el menor tiempo posible, ya que ambos se dirigen claramente al objetivo de la formación de los “Estados Unidos de Europa”. A pesar del entusiasmo de los socialistas, estos proyectos fueron truncados debido al veto de De Gaulle a la entrada de Gran Bretaña y, en general, a cualquier proyecto de mayor integración europea, postura que fue condenada duramente tanto por la Agencia como por el Grupo Socialista de la EPA.

A pesar que durante el sexto y el séptimo congreso se propusieron más mecanismos de integración y que se acentúa la interacción entre los partidos socialistas con la creación de cuerpos de investigación en torno a políticas económicas, sociales y de integración, estos se vieron frustrados debido al poco avance que se lograba debido al continuo veto francés a las propuestas de integración política de las Comunidades Europeas.

Con la renuncia de De Gaulle en 1969, se produce una aceleración en el proceso de integración europea, principalmente propiciada por los partidos socialistas que deciden democratizar las instituciones europeas, apoyados en una nueva estructura de cooperación de los partidos socialistas. Es aquí cuando los representantes socialistas holandeses proponen la creación de un Partido Progresista Europeo con el fin de alinear a los partidos socialistas y a los que no lo eran, en torno a una agenda común. A parte de los holandeses, dos comisionados abogaron por la creación de un Partido Socialista Europeo, ya que ante la imposibilidad de realizar elecciones directas para el Parlamento Europeo, la única forma de democratización real, era la creación de un “mercado común de partidos políticos”. Estas propuestas finalmente no contaron con respaldo debido a que los partidos nacionales no estaban preparados para profundizar su integración, ya que consideraban que existían intereses locales diversos y cualquier cooperación debía basarse en la autonomía de los partidos miembros y como extensión de estos.

En 1974, en Luxemburgo se decide que el nuevo organismo que debía aglutinar a los partidos socialistas seria la Confederación de Partidos Socialistas de la Comunidad Europea (CSPEC). Lo más importante es quizás el lenguaje que se usa, ya que llama a los partidos miembros “una familia de partidos”, lo que reflejaba un mayor acercamiento que en la tradicional estructura de cooperación transnacional. Se decidió que cada partido podía traducir la nueva oficina en su idioma de una forma que mejor representara sus intereses (es así como en holandés se traduce Federatie; en alemán Bund; en francés Union; o en italiano Confederazione, entre otros). De esta forma, los diferentes partidos se sintieron más parte y decidieron que la CSPEC era la institución adecuada para realizar un programa común para los partidos socialistas en las primeras elecciones directas del EP.

A partir de esto la CSPEC se aboca a la conformación de un programa común para los partidos socialistas europeos, que sin embargo, no le otorgaron importancia, debido a que el documento que se les entregó era de 30 páginas y no tenía que ver con su realidad.

Finalmente los principales líderes de los partidos nacionales deciden trabajar en conjunto en un programa en común, principalmente porque los demócratas cristianos y los liberales sí fueron capaces de ponerse de acuerdo en un programa común. Sin embargo éste contenía pocas propuestas concretas y fue necesario que la CSPEC creara otro documento complementario, siendo ambos aprobados en el décimo Congreso en 1979, siendo usados por todos los partidos salvo el británico y el belga. Estas elecciones dejaron la lección a los partidos socialistas de que un programa común podía concretarse sólo de realizarse una verdadera y gradual convergencia de intereses.

En el décimo primer Congreso el tema fue “Los Socialistas contra la Derecha”, como una forma de unir a los diferentes partidos contra los vestigios de dictaduras en España, Portugal y Grecia, y la emergente “nueva derecha” en Gran Bretaña, Francia, Alemania y Escandinavia. En él se decide que la función principal de la Confederación será el coordinar el desarrollo y rejuvenecimientito de las políticas nacionales de los partidos en un difícil período para los partidos socialistas. La votación en las elecciones de 1984 cayó y se consideró un fracaso para los que esperaban crear un sistema europeo de partidos.

La conferencia de París en 1987 dejó claro que terminaba un periodo difícil para la cooperación entre los partido nacionales y que el rol de la CSPEC era el de coordinar las políticas de éstos con el fin de integrar sus políticas. Asimismo se descubrió que a través de las reuniones de los presidentes de los partidos nacionales se provee de una conexión directa entre los objetivos socialistas en relación a Europa.

En el congreso de la CSPEC de 1989 en Bruselas el presidente de la Comisión Europea, Jaques Delors intervino y enfatizó en la necesidad de una posición socialista clara en torno a la EMU, y además se acepta la incorporación del PASOK, partido socialista de Grecia, a la CSPEC. En las elecciones de 1989 por primera vez el grupo socialista se convirtió en el más grande del EP. Posteriormente, en el aniversario de la Revolución Francesa, los líderes de los partidos socialistas firman una declaración en que apoyan el informe de Delors en cuanto a la EMU (incluso la apoya el Partido Laborista Británico, que anteriormente siempre se negó).

La forma en que operaba la CSPEC, con equipos desarrollando los temas de importancia para los miembros, y fluidas tomas de decisiones por parte de los líderes de los partidos, hizo que esta Confederación se fuera transformando en un verdadero partido político a nivel europeo, e hizo que las preocupaciones de los partidos pasaran de ser locales a europeas.

En 1991 se terminan de aprobar las reformas que serán firmadas en el Tratado de Maastricht, entre las cuales se hace alusión a la importancia de la creación de partidos de nivel europeo. Es así que durante 1992 se proponen una serie de cambios en los estatutos de la CSPEC entre los que se cuentan la introducción de la palabra partido, la incorporación de miembros de países de Europa Central y del Este, y la agregación de fuerzas más progresistas asociadas a una organización socialista.

Los líderes políticos de los distintos grupos del EP trabajaron en la creación de un estatuto de los partidos políticos europeos que incluía los ítemes de definiciones, constitución, obligaciones, financiamiento y reconocimiento. Se establece por parte de la CSPEC que todos los partidos miembros deben discutir internamente sobre la creación de un Partido Socialista Europeo.

En julio de 1992 una reunión de la CSPEC se discute nuevamente sobre la creación del partido, discutiéndose sobre la cuestión del nombre: dónde poner europeo, dónde poner socialista y dónde poner partido. En tanto los laboristas británicos indicaron la necesidad de no adelantar el debate, puesto que podía provocar el rechazo por parte de la prensa de su país en torno a la aprobación del Tratado de Maastricht. Después de varios meses de deliberación, el congreso de Hague del 9 y 10 de noviembre de 1992, decidió la creación del Partido de los Europeos Socialistas (PES), nombre que combinaba el concepto unitario de “partido” y a la vez le daba una noción de pluralidad. Sin embargo, debido al principio de subsidiariedad se determina que cada país puede traducirlo de forma distinta.

A partir de la formación de la Unión Europea hasta 1992 se sucedieron gobiernos socialdemócratas simbolizados en la llegada de Máximo D’Alema y Gerhard Schröder al poder. Esto se debió, a que si bien los gobiernos de centro-derecha fueron efectivos en combatir la inflación, no lo fueron en cuanto al combate al desempleo, y además, al compromiso de los miembros del PES con la EMU (Unión Económica y Monetaria)[2].

Sumado a lo anterior, la mayoría de los partidos miembros del PES vivieron un período de continuos cambios en su política. El mayor ejemplo es el caso del Partido Laborista británico que luego de tres derrotas sucesivas entró en este proceso con miras a recuperar a su electorado de centro.

Sin embargo, esta recuperación de los partidos socialdemócratas terminó a comienzos de la siguiente década: con la victoria del Partido Popular Europeo en 1999 y con el triunfo de Jörg Haider en Austria, lo que se debe principalmente al cambio de la agenda política hacia temas más proclives a la derecha, tales como la inmigración y la seguridad[3].

3.- El PSE como partido innovador

Desde que se celebraron las primeras elecciones directas al Parlamento, hace más de veinte años, el número de Estados miembros ha ido aumentando de 9 a 15, y en paralelo, el número de partidos nacionales o regionales que han obtenido representación ha pasado de 41 a 75[4].

Es así, que la presente monografía se detendrá en la importancia del PSE como innovador, ya que se considera de máxima importancia rescatar el hecho de que los partidos socialdemócratas fuesen capaces de agruparse desde el principio[5].

Los socialistas integraron desde la primera elección a miembros de todos los países, en tanto que los Populares integraron a miembros de sólo 7 de los 9 países en 1979, hasta 1989 cuando logran incluir miembros de todos los países[6].

Esta es una clara demostración del espíritu europeísta de los partidos socialdemócratas, lo que se ve reflejado en la superioridad que logran marcar en un principio con respecto a los partidos de derecha, ya que estos últimos, por su tendencia histórica hacia el nacionalismo, les costó mucho más agruparse y comprender el espíritu federal[7] que se trata de poner en práctica en la Unión Europea.

Es esta idea la que condujo a los socialistas a agruparse como una forma de comprometerse con la integración europea, de forma de evitar que la discusión de los representantes de los ciudadanos europeos se diese como salvaguardia de los intereses particulares de cada país, y se pudiese dar en torno a la representación de una gran comunidad europea, con distintas visiones, ya sea de derecha, izquierda, ecologistas, liberales, etc., en donde finalmente la discusión se centra en el futuro de la Unión como conjunto, y no como miembros de un país en un organismo intergubernamental como la ONU. La capacidad que ha tenido la Unión Europea de constituirse en un verdadero referente para los ciudadanos del continente, es la que permite que su situación sea distinta a la de una gran ONG, ya que ha logrado que los países miembros cedan parte de su soberanía a favor de ella.

Los partidos socialistas, en comparación con los partidos de derecha, definitivamente pudieron entender y asimilar de mejor manera esta situación, ya que estos últimos se encontraron divididos en cuanto a su disposición a la integración. De esta forma, los partidos socialistas fueron capaces de interpretar el camino que debía seguir la Unión. De hecho, la idea de formar un gran partido europeo es de antigua data para los partidos socialistas, que ya lo habían esbozado a partir de fines de los sesenta, con las propuestas tanto del Partij van de Arbeid (PvdA) como la de los comisionados Sicco Mansholt y Lionello Levi-Sandri[8].

La preocupación de los partidos socialistas por profundizar la integración del continente europeo los convierte en líderes de este proceso mediante el cual comienza con la democratización de las instituciones europeas y con la implementación de la EMU (Unión Económica y Monetaria). De esta forma se consolidan como los grandes propulsores de la Unión Europea y ganan los gobiernos de sus respectivos países, y es así como se suceden los triunfos en Inglaterra, Francia, Italia y Alemania.

La estructura que le dan los partidos socialistas a su coordinación a nivel europeo evoluciona paralelamente con el nivel de evolución de la Unión, es decir, a medida que la Unión va profundizando su integración, los partidos socialistas también lo van haciendo.

De esta manera, a partir de los nuevos tiempos que va viviendo la unificación de Europa, lo partidos socialistas van profundizando también su nivel de integración y se van acercando más a la idea de un partido de nivel europeo que sea capaz de canalizar las inquietudes de todos los partidos miembros de manera de que estos mantengan sus identidades propias, y que a la vez sean capaces de actuar como un cuerpo único a través de PSE. Esta idea es similar a la que se espera de la Unión Europea en su conjunto: que cada país miembro sea capaz de mantener su identidad propia, pero que al mismo tiempo sea capaz de actuar en conjunto hacia el exterior a través de las instituciones europeas.

Sin embargo, desde fines de los noventa esta situación a cambiado, ya que la derecha logró unificarse en el Partido Popular Europeo y de esta forma actuar de acuerdo con lo que les exigían los nuevos tiempos que se viven en Europa[9]. Esto, sumado a un giro en las preocupaciones de los ciudadanos europeos hacia temas mucho más favorables a la derecha como son la inmigración y la seguridad[10] (sobre todo después de los atentados del 11 de septiembre de 2001), le han permitido posicionarse y liderar la Europa de comienzos del siglo XXI, donde lograron transformarse en mayoría en el Parlamento Europeo y gobernar en España, Francia, Italia y Austria, entre otros países.

4.-Conclusión

A partir de lo desarrollado a lo largo del trabajo presente, se ha podido apreciar cómo los partidos socialistas lograron captar de mejor forma que ningún otro sector político el camino que debía seguir la UE, lo que les permitió liderar este proceso de integración europea, siendo pioneros en términos de integración política con el proceso que lleva a la creación del PSE.

Sin embargo, y como se dijo anteriormente, la derecha europea ya logró equiparar los avances logrados por los partidos socialistas y en este momento se encuentra liderando los gobiernos en gran parte de los países europeos, además de contar con mayoría dentro del Parlamento Europeo. Estos han aprovechado claramente el momento favorable que han tenido debido a que las preocupaciones de los ciudadanos europeos han cambiado producto del contexto histórico en el que se encuentra el mundo.

Es por esto que se hace indispensable que los partidos progresistas europeos, representados en el PSE, retomen la senda de la innovación política en torno a los temas de integración europea. De esta forma recuperarían el liderazgo en este proceso, lo que a la luz de los hechos, se transformaría en un reimpulso para este.

Debido al sentido dinámico que tiene el progresismo en su esencia, el proceso de integración europeo le es particularmente cercano, por lo que la innovación en este sentido debiese suponer que el PSE apostará por profundizarlo y por liderar la ampliación de la Unión hacia los países del Este europeo, para lo cual ya se encuentra trabajando con la creación de grupos de estudio al respecto, y así poder integrar los partidos políticos afines de esta región. Esto debe ir acompañado también de un fuerte compromiso con la implementación de la PESC (Política Exterior y de Seguridad Común) y con otras iniciativas que promuevan la profundización del proceso de integración europea, que impliquen nuevas concesiones de soberanía nacional a favor de otorgarle mayor peso político a la Unión Europea.

Es por esto que el PSE debe proporcionar el liderazgo necesario para avanzar en este proceso. Pero no se está hablando de un liderazgo cerrado, sino de uno que sea capaz de ser inclusivo con el centro europeo y sobre todo con los ciudadanos, con el fin de conformar una posición mayoritaria que sustente la profundización del proceso de integración.



[1] Simon Hix es el único que ha investigado en torno al tema y a partir de su lectura se pueden extraer datos que de otra forma no tendríamos. Es por esto que los datos que aquí entrego estan basado solo en su texto, y los incluyo ya que considero importante que el lector conozca el contexto en que se forma el PSE.

-Hix, Simon; “A History of the PES: 1957-1994” Editado por Peter Brown-Pappamikail

en http://www.pes.org/upload/publications/37EN19_en.pdf (en línea)

[2] Lesse, Urs: “1994-2002”, en “Shaping a Vision: a History of the Party of European Socialists (1957-2002)”, Simon Hix – Urs Lesse, Party of European Socialists, Bruselas, 2002.

[3] Ibid.

[4] Colomer, Josep; “The European Union: federalism in the making”, en “Political Institutions in Europe”, Editorial Routledge, Londres, 2002

[5] Esta importancia es considerada como tal, por el autor de la presente monografía, la que será argumentada en lo que queda del trabajo.

[6] Op.cit.

[7] Ibid.

[8] Hix, Simon; “A History of the PES: 1957-1994” Editado por Peter Brown-Pappamikail

en http://www.pes.org/upload/publications/37EN19_en.pdf (en línea)

[9] Liepins, Kathrine; “La nueva fuerza de la derecha europea”, publicado en Que Pasa (www.quepasa.cl), 15 de marzo de 2002

[10] Lesse, Urs: “1994-2002”, en “Shaping a Vision: a History of the Party of European Socialists (1957-2002)”, Simon Hix – Urs Lesse, Party of European Socialists, Bruselas, 2002.

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Esta es una investigación realizada para el curso Introducción a las Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el año 2002

Introducción

El Consejo de Seguridad es el órgano de las Naciones Unidas cuya responsabilidad primordial es el mantenimiento de la paz y la seguridad. Conforme a la "Carta de las Naciones Unidas", los Estados Miembros están obligados a aceptar y cumplir las decisiones del Consejo, mientras que los otros órganos sólo pueden hacer recomendaciones. El Consejo de Seguridad está compuesto por 15 miembros, de los cuales 5 son permanentes y 10 son elegidos por la Asamblea General por un período de 2 años.[1]

De acuerdo con el Capítulo VII de la carta de Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad de la ONU determinará la existencia de toda amenaza a la paz, quebrantamiento de la paz o acto de agresión y hará recomendaciones o decidirá que medidas serán tomadas para mantener la paz y la seguridad internacionales.

La actual conformación del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas es una consecuencia de la Conferencia de Yalta, en 1945, en la cual Estados Unidos propone otorgar un status distinto a los cinco países vencedores en la Segunda Guerra Mundial a través del establecimiento de éstos como miembros permanentes y con la posibilidad de impedir acciones del Consejo por medio de la regla de unanimidad de las grandes potencias.[2]

Los miembros permanentes del Consejo de seguridad son China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y la Federación Rusa (que reemplazó a la antigua Unión Soviética). Si alguno de estos países vota contra una propuesta, la misma queda rechazada, incluso aunque el resto de 14 miembros haya votado a favor, lo que para los miembros permanentes es necesario ya que el Consejo tiene la responsabilidad de mantener la Paz y la Seguridad Mundial y no puede actuar respaldando decisiones que no cuentan con su soporte.[3]Respecto de cuántas veces de ha utilizado el veto no hemos encontrado estadísticas, sin embargo sabemos que todos los miembros permanentes lo han utilizado alguna vez.

Sin embargo, se incurre en el error de que la Paz Mundial se aseguraría con la cooperación de unos pocos países y no del deseo de colaboración de la mayoría de los miembros del Consejo. Además en la actual conformación del Consejo no se ha tomado en cuenta tres factores fundamentales: el aumento de los miembros de Naciones Unidas de 51 a 191, el nacimiento de nuevos conflictos con el fin de la Guerra Fría y el papel cada vez más preponderante de Japón y Alemania.[4]

Es así que en el transcurso de nuestro trabajo intentaremos demostrar la necesidad de incorporar reformas a las estructuras de funcionamiento del Consejo de Seguridad, con el fin de democratizar este órgano y hacerlo así más acorde con las necesidades de nuestro tiempo, así como de terminar con el derecho a veto de las grandes potencias que genera que los asuntos que debe tratar el Consejo de Seguridad no sean resueltos en él, sino que a través de consultas informales entre los miembros permanentes a espaldas de los demás países participantes.

Objetivo General

El objetivo general de este proyecto es, como ya se enunció en la formulación del proyecto, demostrar la necesidad de incorporar reformas a la estructura del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, para así resolver el problema de adecuación al nuevo contexto mundial a partir del fin de la Guerra Fría y de los atentados del 11 de Septiembre de 2001 en Nueva York y Washington.

Objetivos Específicos

  • Explicar el funcionamiento del Consejo de Seguridad y sus mecanismos de acción.

  • Analizar la nueva situación mundial a partir del fin de la Guerra Fría.

· Demostrar la necesidad de que el Consejo de Seguridad sea reformado y adecuado a la nueva realidad mundial.

Hipótesis

“A partir del nuevo orden mundial surgido del término de la Guerra Fría se hace necesario una reforma del máximo organismo tendiente a la conservación de la Paz y la Seguridad internacional como lo es el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, reforma que debe propender a democratizar y hacer más participativa esta instancia”.

Propuestas de Reforma

Existen ya varias propuestas para reformar el Consejo de Seguridad, las que aquí comenzamos a señalar de forma más o menos general:[5]

1) Propuesta de Ingvar Carlsson: La propuesta de este ex-primer ministro de Suecia está basada en la necesidad de hacer una reforma debido a la falta de transparencia en los procedimientos del Consejo, y a la tendencia de los miembros permanentes de zanjar las discusiones en los pasillos. Es por esto que, para él, es necesario que la reforma contenga dos puntos fundamentales: un cambio en la estructura y dejar de lado el veto. Para lo primero propone que los miembros permanentes se aumenten a 10, no teniendo los nuevos 5 países poder de veto. De éstos nuevos miembros 2 serán escogidos de entre los países más industrializados y los otros 3 deberían venir de países en vías de desarrollo (1 de Asia, 1 de África y 1 de Latinoamérica). Además propone el aumento de los miembros no permanentes de 10 a 13, dejando un consejo de 23 miembros, con lo que las propuestas, para ser aprobadas, deberán contar con 14 votos. Con respecto al veto, propone una abolición gradual en que los primeros 5 años los países se comprometerán a utilizarlo lo menos posible para luego venir una etapa de 10 años en que no se podrá utilizar a menos que sea en caso de riego de su seguridad propia.

2) Propuesta de Alemania: Esta propuesta se basa en dos principios: la representación equitativa y el aumento de los miembros del consejo. Para lo primero se propone el aumento de los miembros no permanentes a 2 por región, con capacidad de reelección, siendo posible incluso que algunos países (por su capacidad y voluntad de contribuir a la Paz y la Seguridad) pudiesen participar de forma continuada. Asimismo también expresa que, siendo Alemania y Japón junto con Estados Unidos los 3 Estados que aportan casi el 50% de la totalidad de los gastos de Naciones Unidas y que han asumido más responsabilidades en las acciones del Consejo de Seguridad, ellos debería estar representados como miembros permanentes. Esto llevaría a que existieran 8 nuevos miembros, lo que obligaría a crear un nuevo sistema de votación para que los países en desarrollo no se vieran excluidos de la toma de decisiones. Esta propuesta lleva explícito el que deba ser revisada cada diez años, lo que facilitaría su reforma de ser necesaria.

3) Propuesta del Movimiento de Países No Alineados: Se basa en dos principios: la distribución geográfica equitativa y la igualdad soberana de los Estados. Para ellos los países no alineados y en vías de desarrollo se encuentran sumamente infrarepresentados en el Consejo. Señalan a la vez que si no hay consenso sobre otras categorías, la ampliación de los miembros del consejo debería basarse por ahora en los miembros no permanentes y debiese ser por lo menos aumentada en 11 que detalladamente serían: Europa Oriental, Occidental y otros Estados quedarán en 7, el Grupo Africano también en 7 y el Grupo de Latinoamérica y El Caribe en 5, con lo que el consejo quedará de 24 miembros, con posibilidad de reelección.

4) Propuesta Italiana: Italia considera necesario aumentar el número de miembros del Consejo de Seguridad debido al crecimiento de miembros de Naciones Unidas desde su nacimiento, para lo cual considera conveniente aumentar el número de miembros no permanentes, ya que de aumentar los permanentes se pueden generar inconvenientes en cuanto a su representatividad y en cuanto a los países con derecho a veto. La propuesta de Italia es que existan tres categorías de miembros: 5 permanentes originales, 10 no permanentes sometidos a rotación ordinaria y 10 no permanentes sometidos a frecuente rotación (compartidos por 3 Estados que representarían a su región para lo cual cada 4 años uno de ellos sería miembro del consejo por 2 años). Para esto las decisiones deberían tomarse por una mayoría de 15 miembros. En cuanto al veto Italia señala que es una institución anacrónica, pero como los miembros permanentes no van a estar dispuestos a suprimirlo lo más factible sería restringir al máximo su uso.

5) Propuesta Razali: Debido al poco avance de una comisión formada en 1993 para reformar el Consejo de Seguridad, el presidente de la Asamblea General de marzo de 1997 Ismail Razali presentó un proyecto de reforma en el que propone que el consejo aumente de 15 a 24 miembros, lo que comprende el aumento de los miembros permanentes de 5 a 10 (2 miembros de los países industrializados y 3 miembros de Estados en desarrollo, uno de África, uno de Asia y uno de América Latina), y de los miembros no permanentes en 4 (1 de África, 1 de Asia, 1 de Europa Oriental y 1 de América Latina y el Caribe), siendo las respectivas regiones las que elegirían alos miembros permanentes, y de no llegar acuerdo, la Asamblea con mayoría de dos tercios; si las regiones deciden rotarse el asiento permanente este perdería esa condición. En relación con el veto esta propuesta propone exhortar a los miembros permanentes a no usarlo más que en las situaciones de uso de fuerza por parte del consejo, además de no otorgarles ese poder a los nuevos miembros permanentes.

6) Propuesta de Chile: Dada a conocer en 1995 por el entonces Ministro de Relaciones Exteriores de Chile, José Miguel Insulza, propone la ampliación del Consejo a un número no mayor de 25 países, en cuanto al derecho a veto, propone reglamentarlo con el fin de hacerlo más democrático, dejando fuera de esto a nuevos miembros permanentes que propone (Alemania y Japón) y a los representantes regionales que serían electos por períodos más prolongados que los no permanentes. A pesar de haber generado esta propuesta propia, luego Chile tomara una postura más cercana a la propuesta Razali.

De acuerdo a lo revisado en el trabajo de Ricardo Warnier, no existe un acuerdo respecto de la ampliación de los miembros permanentes ya que existe desconfianza de algunos países en torno a los nuevos miembros (por ejemplo Argentina con Brasil o Pakistán con India).[6]Tampoco hay acuerdo en los no permanentes ya que Estados Unidos es partidario de sólo 1 miembro nuevo, Razali de 4 y los países no alineados de 9.

Discusión Bibliográfica

Como ya fue expresado en el planteamiento de la formulación del proyecto, en el nuevo contexto mundial la actual estructura del Consejo de Seguridad no es representativa ni democrática. Pero no para todos esto es malo, sino que como lo expresa Montaño “si la paz mundial debe preservarse, señalaban los miembros permanentes, es indispensable que los responsables de su ejecución trabajen en armonía”[7], es decir para ellos es necesario mantener el status quo.

En la actualidad existe una unipolaridad por parte de Estados Unidos y por tanto existe una incapacidad de controlar la actuación de este país ya que no existe otra fuerza militar capaz de hacerle frente, sino que solo un poder formal equiparable de otros cuatro países en cuanto a un veto en el Consejo de Seguridad, lo que hace que este país sea capaz de burlar al Consejo. Esto queda claro en cuanto revisamos la actuación de este país en su ataque a Belgrado (en conjunto con la OTAN) o el reciente ataque a Irak en los que no esperó resoluciones del Consejo.

Sin embargo existen quienes creen que esta situación no se remedia con un cambio en la estructura del Consejo de Seguridad “sino de la evolución de la estructura del poder mundial”[8], ya que China no dejará jamás que se le otorgue derecho a veto a Japón y por tanto no podrán ingresar a ese grupo ni Alemania ni Brasil, por lo que solo los autorizarían como miembros no permanentes, los cuales no tiene sentido ampliar pues en la práctica son irrelevantes.

A pesar de lo anterior, casi toda la comunidad internacional está de acuerdo con la necesidad de realizar una reforma. El único problema es que en ese momento esto se transforma en un problema político y cada Estado miembro trata de apoyar la propuesta más cercana a sus intereses, por lo que surge la pregunta de cual es la propuesta que es capaz de lograr el mayor consenso y la aprobación de los países que actualmente tienen derecho veto. Es así como se han presentado distintas propuestas de modificación al Consejo, entre las cuales se cuentan el proyecto de Ingvar Carlsson, la de Alemania, la del movimiento de países no alineados, la de Italia y la Razali. Sea cual sea la respuesta a esta interrogante, es necesario y urgente una mejor representación de los países miembros de Naciones Unidas, así como una revisión de las distintas calidades de los miembros del Consejo, del uso del veto y a las formas de funcionamiento de éste.[9]

Resultados

Con el correr de la investigación nos pudimos dar cuenta de que, al haberse planteado varias posibilidades de reformas, existe interés internacional por buscar soluciones a los problemas que se desprenden de la actual estructura y forma de votación del Consejo de Seguridad, en busca de que éste funcione con transparencia y eficiencia. Sin embargo las soluciones que se han planteado no cuentan con la aprobación de todos los países involucrados, ya que cada uno de ellos vela por sus propios intereses nacionales, su fuerza y los que creen que son sus derechos.

A partir de esto es que surge la propuesta de Ismail Razali, la cual busca la ampliación de los miembros del consejo en cinco permanentes y cuatro no permanentes, propuesta que fue apoyada por la administración de Bill Clinton y que por lo mismo fue discutida por la Asamblea. De esta propuesta podemos afirmar que da cuenta del problema y busca soluciones al mismo, sin embargo éstas aún no son de aprobación por todas las partes.

Fundamentalmente el problema es la reticencia de algunos países a que por sus regiones entren otros países en el que ellos creen es su lugar. Es así como advertimos en el caso del posible ingreso de Alemania y la oposición a esto por parte de Italia, o el mismo caso entre Brasil y Argentina o caso de India y Pakistán. Esto implica reconocer que hay países líderes en las respectivas Regiones, lo que perjudica los intereses nacionales de los países con pesos similares en la Región. Además los Estados Unidos dieron solo un paso en cuanto a la ampliación, sin embargo aún no han aceptado que éstos países tengan las mismas prerrogativas que los actuales miembros permanentes en lo que se refiere al veto, ya que por ejemplo la India (que podría ingresar) ha sido históricamente crítica de las decisiones de Estados Unidos, lo que podría provocar el entrampamiento de las iniciativas de la superpotencia.

A pesar de todo lo anterior, la propuesta Razali es un paso muy importante en el proceso de reforma al Consejo de Seguridad, ya que por primera vez Estados Unidos da un paso a favor de una reforma de este desde la última reforma en 1963. Esta reforma se hace indispensable en cuanto es necesaria para que posibilite una mejor representación de los países miembros de Naciones Unidas y de esta forma evitar el desgaste de su estructura que no ha sido capaz de evitar los conflictos que han ocurrido desde el fin de la Guerra Fría

Es por ello que el autor de esta investigación adhiere en lo fundamental a la propuesta realizada por el Presidente de la Asamblea de 1997, considerando que lo avanzado por esta propuesta no lo ha logrado hasta el momento ninguna otra, y los puntos conflictivos de esta moción pueden ser aplicados de forma gradual en la medida que exista un consenso en torno, por ejemplo, a una rotación de los miembros permanentes provenientes como representantes de una Región. Además se puede aprobar que, también de forma gradual, se vaya limitando el uso del derecho a veto, tendiendo hacia u eliminación.

Metodología

En la presente investigación utilizamos la técnica documental, por lo que fueron utilizadas principalmente fuentes primarias, como documentos oficiales de la Organización de Naciones Unidas; secundarias, ya sean libros, tanto de texto como especializados, así como también se consultaron revistas y publicaciones de Internet. Todas las fuentes utilizadas están mencionadas en la bibliografía de la Investigación.

Conclusión

Después de 10 años de discusión, la mayoría de los argumentos ya han sido expuestos. El órgano encargado de tratar el tema, el “open-ended working group” (conocido también por el “never-ending working group) debe avanzar en torno a consensos, por lo que los avances son mínimos, pero es importante que por lo menos ya existan estos consensos. Esto reafirma la hipótesis planteada al inicio de esta investigación en torno a que la nueva situación mundial hace necesaria una reforma en el Consejo de Seguridad, para lo cual es necesaria una democratización en el sentido de hacer más participativas las decisiones de este organismo y así tener mayor legitimidad ante la comunidad internacional, para así evitar que se produzcan situaciones como la del último ataque a Irak por parte de Estados Unidos, en la que esto nunca ingresó a aprobación porque este país puede darse el lujo de actuar sin consultar, ya que se vería trabado por el veto de otra (u otras) naciones.

La reforma del Consejo de Seguridad es un tema álgido y no se resolverá dentro de poco, ya que divide a las personas y a las regiones. Pero no hay dudas de que el Consejo de Seguridad debe ser reformado. Todo el mundo está de acuerdo en esto, lo que es un avance en sí. Para que la reforma del Consejo cumpla su objetivo el Consejo requiere mantener su eficacia. Cualquier solución tendrá que enfrentar el tema de la eficacia, de la representatividad y de la democracia para generar legitimidad.



[1] Naciones Unidas, Centro de Información para México, Cuba y República Dominicana en www.cinu.org.mx (http://www.cinu.org.mx/onu/estructura/cs.htm)

[2] Warnier, Ricardo: “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: la necesidad de una reforma”, Tesis PUC, Santiago, 1998.

[3] Montaño, Jorge: “Las Naciones Unidas y el Orden Mundial:1945-1992”, Fondo de Cultura Económica, México, 1992.

[4] Naciones Unidas, Centro de Información para México, Cuba y República Dominicana en www.cinu.org.mx (http://www.cinu.org.mx/onu/reforma.htm)

[5] Propuestas tomadas de Warnier, Ricardo: “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: la necesidad de una reforma”, Tesis PUC, Santiago, 1998. Págs. 27-49

[6] Warnier, Ricardo: “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: la necesidad de una reforma”, Tesis PUC, Santiago, 1998. Pág. 45

[7] Montaño, Jorge: “Las Naciones Unidas y el Orden Mundial:1945-1992”, Fondo de Cultura Económica, México, 1992

[8] De Rivero, Oswaldo: “Realpolitik y Crisis del Sistema de Seguridad” en Centro de Estudio y Promoción del desarrollo www.desco.org.pe (http://www.desco.org.pe/qh/qh141or.htm)

[9] Warnier, Ricardo: “El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas: la necesidad de una reforma”, Tesis PUC, Santiago, 1998.

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