lunes, diciembre 05, 2005

¿Qué pasa en el PS?

Como se ha evidenciado tras la pequeña “crisis” de la elección del candidato por la circunscripción VIII región Costa, el Partido Socialista se encuentra dividido en torno al futuro de la colectividad. Personalmente creo que es una crisis que se arrastra hace largo rato en el PS en torno a una vida partidaria preocupada sólo de sus cuotas de poder internas y de cómo ese poder se traduce, a su vez, en posiciones de poder en el gobierno.

Esto se debe a que por el período de transición que vivió nuestro país el PS debió supeditar su actuación política histórica a lograr estabilidad para la concertación, sin embargo eso incubó malestar en ciertos sectores del PS y esto se transformó en una pugna por controlar espacios de poder que a la postre convirtió al ámbito interno en el campo de acción política del partido, dejando de lado las funciones propias de un partido político que están en la representación externa, es decir, de los ciudadanos.

En el ámbito de la Juventud Socialista, que debería estar a la vanguardia de los nuevos tiempos, es claro que no logra comprender a la sociedad actual ya que se enfrasca en crisis internas que han estado a punto de terminar con su existencia en varias oportunidades, crisis que se “solucionan” con listas de “unidad”, que terminan colapsando debido a que inevitablemente se enfrascan en disputas internas y de vuelta a la crisis. De trabajo en terreno nada.

Así, muchos jóvenes que se sienten cercanos a las ideas progresistas no se sienten cercanos al partido simplemente porque este partido no existe para ellos. Reflejo de esto es que la figura “joven” del PS más reconocida es Fulvio Rossi, quien se “destacó” como presidente de FEUC a principios de los `90, pero que más que por sus ideas es reconocido por su metrosexualidad. Mientras, en la juventud, principalmente en los jóvenes universitarios, grupos cercanos a las ideas socialistas, como la SurDA, crecen ante la incapacidad de los jóvenes lideres socialistas de absorber a estos jóvenes o de a buscar alianzas con estos grupos.

Este “ensimismamiento”, a la vez, ha ido de la mano con un estancamiento en la votación del partido, que se mantiene en torno al 11% en las votaciones y en las encuestas. Es así como el partido se olvidó del trabajo en terreno, ámbito básico para un partido de izquierda, lo que hizo que sus principales votantes potenciales, los sectores más postergados de nuestra sociedad hayan encontrado una alternativa en la UDI, que a través del populismo en el trabajo poblacional tomó buena parte del nicho del Partido Socialista.

Así se hace necesario que el PS defina un camino único y de unidad que le permita salir de sus luchas internas y concentrarse en las personas a las que desea representar, aunque esto pueda gatillar un quiebre interno al principio, en el que los que tengan que salir del partido salgan, pero que a la larga permitirán un desarrollo de la colectividad. Considero que, valorando la conducción del Partido Socialista durante los casi 16 años de gobierno de la Concertación, en este momento se hace imperativo que exista un proyecto único de partido, que traslade el campo de acción de los militantes, principalmente de los jóvenes socialistas a la acción política en terreno, ya que esto generará nuevos liderazgos y conllevará un aumento en la votación del partido. Es decir, recuperar el sentido de un partido político, con un proyecto país claro y único.

Como se ha evidenciado tras la pequeña “crisis” de la elección del candidato por la circunscripción VIII región Costa, el Partido Socialista se encuentra dividido en torno al futuro de la colectividad. Personalmente creo que es una crisis que se arrastra hace largo rato en el PS en torno a una vida partidaria preocupada sólo de sus cuotas de poder internas y de cómo ese poder se traduce, a su vez, en posiciones de poder en el gobierno.

Esto se debe a que por el período de transición que vivió nuestro país el PS debió supeditar su actuación política histórica a lograr estabilidad para la concertación, sin embargo eso incubó malestar en ciertos sectores del PS y esto se transformó en una pugna por controlar espacios de poder que a la postre convirtió al ámbito interno en el campo de acción política del partido, dejando de lado las funciones propias de un partido político que están en la representación externa, es decir, de los ciudadanos.

En el ámbito de la Juventud Socialista, que debería estar a la vanguardia de los nuevos tiempos, es claro que no logra comprender a la sociedad actual ya que se enfrasca en crisis internas que han estado a punto de terminar con su existencia en varias oportunidades, crisis que se “solucionan” con listas de “unidad”, que terminan colapsando debido a que inevitablemente se enfrascan en disputas internas y de vuelta a la crisis. De trabajo en terreno nada.

Así, muchos jóvenes que se sienten cercanos a las ideas progresistas no se sienten cercanos al partido simplemente porque este partido no existe para ellos. Reflejo de esto es que la figura “joven” del PS más reconocida es Fulvio Rossi, quien se “destacó” como presidente de FEUC a principios de los `90, pero que más que por sus ideas es reconocido por su metrosexualidad. Mientras, en la juventud, principalmente en los jóvenes universitarios, grupos cercanos a las ideas socialistas, como la SurDA, crecen ante la incapacidad de los jóvenes lideres socialistas de absorber a estos jóvenes o de a buscar alianzas con estos grupos.

Este “ensimismamiento”, a la vez, ha ido de la mano con un estancamiento en la votación del partido, que se mantiene en torno al 11% en las votaciones y en las encuestas. Es así como el partido se olvidó del trabajo en terreno, ámbito básico para un partido de izquierda, lo que hizo que sus principales votantes potenciales, los sectores más postergados de nuestra sociedad hayan encontrado una alternativa en la UDI, que a través del populismo en el trabajo poblacional tomó buena parte del nicho del Partido Socialista.

Así se hace necesario que el PS defina un camino único y de unidad que le permita salir de sus luchas internas y concentrarse en las personas a las que desea representar, aunque esto pueda gatillar un quiebre interno al principio, en el que los que tengan que salir del partido salgan, pero que a la larga permitirán un desarrollo de la colectividad. Considero que, valorando la conducción del Partido Socialista durante los casi 16 años de gobierno de la Concertación, en este momento se hace imperativo que exista un proyecto único de partido, que traslade el campo de acción de los militantes, principalmente de los jóvenes socialistas a la acción política en terreno, ya que esto generará nuevos liderazgos y conllevará un aumento en la votación del partido. Es decir, recuperar el sentido de un partido político, con un proyecto país claro y único.

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